La empresa gala que desarrolló el corazón artificial alega que la prótesis no tuvo que ver con la muerte del paciente de 73 años.
El tercer paciente al que se le trasplantó el 8 de abril en Francia un corazón artificial de la compañía Carmat falleció el pasado viernes, indicó esa empresa gala en un comunicado.
El fallecimiento del hombre, de 73 años de edad, se produjo de forma súbita por una parada respiratoria, y los análisis efectuados tras su muerte, según la firma, no han mostrado que el aparato estuviera implicado en el deceso.
El paciente había regresado a su domicilio a finales del pasado agosto, y sufría "una combinación de patologías severas", en particular una insuficiencia renal existente antes de la implantación de la prótesis.
El trasplante del primer corazón totalmente artificial en un paciente tuvo lugar en París en diciembre de 2013 y fue recibido con una gran expectación médica y mediática porque abría la puerta a la curación de miles de enfermos cardíacos que no tienen acceso al órgano de un donante.
Ese primer paciente, de 76 años, falleció al cabo de 75 días. El segundo trasplante se efectuó en agosto de 2014 y su receptor, un hombre de 69 años, murió cerca de nueve meses después.
¿Cómo se hizo la prótesis?
La prótesis está diseñada para imitar a la perfección el funcionamiento de un corazón humano, adaptando de forma autónoma su ritmo a la actividad del portador sin necesidad de un control externo.
Su concepción fue fruto del trabajo de un equipo multidisciplinar en el que, además de la experiencia del profesor Alain Carpentier, cofundador de Carmat, participaron ingenieros del consorcio aeronáutico europeo Airbus Group.
Carmat destacó que a estas alturas del ensayo clínico su sistema acumula una experiencia de 20 meses de funcionamiento, y establece el criterio de éxito en la supervivencia del paciente un mes después de su implantación.
EFE
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