Pennywise está de regreso para aterrorizar Derry junto al club de Los Perdedores, preparados (o no) para enfrentarse a sus traumas infantiles. Esta es nuestra reseña de "It: Chapter 2", que ya se estrenó en Perú.
La visión de un globo rojo flotando nos acelera el pulso. Sabemos que Pennywise (Bill Skarsgård) se acerca con sus dientes amarillos y voz chillona que hiela la sangre. Y con él, está de regreso el club de Los Perdedores, preparados (o no) para enfrentarse nuevamente a sus miedos infantiles. Al crecer no desaparecen, puedes olvidarlos, pero siguen siendo una parte de ti.
"It: Chapter 2", que ya estrenó en Perú, resulta casi tan aterradora como su predecesora, pero no tan atrapante. Parte de la culpa la tienen las dos horas y 45 minutos (30 minutos más que "It") que dura la cinta, alargando la trama y disminuyendo su habilidad para mantenernos enganchados.
A pesar de ello, hay muchos puntos a favor en la película basada en la novela de Stephen King. El elenco adulto ─que intercala gran parte del filme con su contraparte juvenil a través de flashbacks─ se luce en "It: Chapter 2" interpretados por James McAvoy, Bill Hader, Jessica Chastain, James Ransone, Isaiah Mustafa y Jay Ryan.
A 27 años de su enfrentamiento con It (Bill Skarsgård), el tartamundo Bill, el bocón Richie, la rebelde Beverly, el hipocondriaco Eddie, el trabajador Mike, el chico nuevo de buen corazón Ben y el intelectual Stanley se han convertido (en su mayoría) en adultos exitosos.
Pero no, Mike, quien se quedó en Derry (ficticia ciudad creada para la novela de King), esperando atento el retorno de Pennywise. Y volvió. Por lo que el club de Los Perdedores debe regresar (a la fuerza) para cumplir su promesa de detener a It.
En el camino, deberán lidiar con los demonios de su pasado y que, en el presente, se traducen en un esposo abusivo (en el caso de Beverly).
"It: Chapter 2" se centra en los temas de la memoria, la pérdida de la inocencia y traumas infantiles que tiene su mejor ejemplo en Bill Hader como Richie, el niño bocón convertido en un ácido comediante. El protagonista de la serie "Barry" se roba las escenas no solo gracias a su humor sino al demostrar de dónde proviene la soledad que enciende el temor de su personaje.
Mientras se enfrentan a terroríficos entes producto del CGI (se abusó de la técnica en la película), no importa la edad que tengan, los miembros del club de Los Perdedores saben qué es lo más importante: la esperanza, la amistad y en uno mismo. Un final dulzón con el que tal vez no todos queden contentos.
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