La ofensiva premoderna
¿Cuál es el significado de los cuestionamientos a la reforma universitaria y la reforma educativa realizados por fuerzas políticas y sociales tan diversas? ¿En qué se sustentan y qué es lo que buscan estas fuerzas?
Ingeniero
Decano de la Facultad de Ingeniería y Gestión de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Ingeniero Industrial de la UNI y magíster en Economía de la PUCP. Ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, se desempeñó como funcionario del BID, director de COFIDE y presidente de la Comisión organizadora del CEPLAN. Primer presidente de COPEME (Consorcio de Instituciones Privadas de Promoción de la Micro y Pequeña Empresa). Autor del libro Picadura del Escorpión y de otros sobre el desarrollo de las mypes, empleo e innovación tecnológica.
¿Cuál es el significado de los cuestionamientos a la reforma universitaria y la reforma educativa realizados por fuerzas políticas y sociales tan diversas? ¿En qué se sustentan y qué es lo que buscan estas fuerzas?
Las universidades de calidad tienen un enorme impacto en la orientación y el logro del desarrollo económico, social y cultural de sus países. Perpetuar la mala calidad es, precisamente, postergar aún más al Perú.
El gran logro de los países desarrollados es que han sabido fortalecer tres pilares: al sector privado, al Estado y a la sociedad civil, y, sobre todo, han respetado sus particularidades y autonomías para realizar un trabajo conjunto y colaborativo.
La historia nos demuestra la extrema división de los peruanos. Hemos sufrido mucho y perdido grandes oportunidades por decisiones que ponían por delante el interés individual o de grupo, desechando el bien común. Pero nunca es tarde para cambiar.
Lo que hemos vivido en estos doscientos días de pandemia nos obliga a rectificar el camino, a cambiar de dirección, a cuidar el ambiente, a reducir las desigualdades, a fortalecer el sistema público de salud y a eliminar la informalidad laboral.
El mejor homenaje para el Perú en estas Fiestas Patrias es tomar muy en serio las lecciones de la pandemia para enrumbarnos hacia el desarrollo sostenible. Solo así podremos enfrentar esta y las siguientes pandemias.
La informalidad es un fenómeno complejo, en el que no existe una única medida para reducirla. Hubo un tiempo en que el gobierno estuvo decidido a enfrentarla, sin embargo, los avatares de la política volvieron a poner en espera a la reforma. En tiempos de la COVID-19 se puede rescatar lo avanzando.
La solución para la informalidad es muy clara y concreta, no hay que inventar la pólvora: se tiene que elevar la productividad de las mypes y de los trabajadores independientes. Y para ello sólo se requiere de decisión política.
Luego de superada la pandemia no podemos mantener la situación actual de extrema desigualdad entre peruanos. Desde ahora hay que diseñar, planear y ejecutar acelerada y eficazmente un ambicioso plan de vivienda popular. Esto será posible gracias a un auténtico shock de inversión pública.
Uno de los componentes centrales de la agenda de desarrollo sostenible postcoronavirus debe ser el mejorar la productividad e ingresos la pequeña producción agraria. Hoy nos hemos dado cuenta de que los alimentos son el recurso más valioso que tenemos para lograr las defensas ante la COVID.19 y tener una vida saludable.