El Perú tiene más de 2.2 millones de unidades agropecuarias, de las cuales el 81.8% tienen menos de 5 hectáreas y la agricultura familiar representa el 97% del total de unidades agropecuarias. Asimismo, en este subsector laboran más del 83% de los trabajadores agrícolas, muchos de los cuales no acceden a los derechos laborales. El agro, en general, contribuye con el 24.1% del empleo total del Perú, siendo la actividad que más empleo genera, seguido del comercio (18.8%), manufactura (9.3%), transportes y comunicaciones (8.5%) y HORECAS (7.1%).
El sector agrario produce el 70% de los alimentos que consumimos en el país, es el segundo generador de divisas y aporta el 5.5% PBI nacional.
El crecimiento de este sector en los últimos años está dado, principalmente, por la agroexportación, en el cual las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) tienen una discreta participación. Si bien representan el 71% de las empresas agrícolas que exportan, contribuyen con menos del 5% del volumen exportado. En cifras proporcionadas por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, el 2018 se registraron 7,801 empresas exportadoras con una facturación 47,932 millones de dólares, las 5,580 MIPYMES registradas solo exportaron 1,822 millones de dólares de los cuales 741 millones corresponden a productos agropecuarios, provenientes de 1,684 pequeños y medianas empresas las cuales están concentradas en 7 regiones que representan el 80% del valor exportado.
Las agroexportaciones están concentradas en los cultivos no tradicionales, como la uva, el arándano, palta, banano, mandarina, mango, alcachofa y espárrago, pero también se presenta exportación de cultivos tradicionales como arroz, papa, café, yuca, maíz, cebolla, entre otros.
El crecimiento de los agroexportadores se mantiene muy dinámico desde principios de siglo. En el año 2000 se registraban 9 grandes empresas exportadoras, en el 2010 teníamos 53 y el 2018, eran 132. Las MIPYMES tampoco son ajenas a esta tendencia, pasando de 171 exportadores (2000) a 541 (2010) y 2147 (2018). Esta globalización del agro también ha permitido una mayor participación de la mujer en esta actividad pasando del 36.4% (2004) a 45.9% del total (2015).
¿Cuál es el futuro de la agricultura familiar en la agroexportación? Lo esperado es que siga creciendo en número de participantes, más que en participación de mercado, así como las economías de escala, tecnificación y eficiencia de cultivos de los grandes agroindustriales, que les permite crecer a dos dígitos por año. Las exigencias de los mercados internacionales en certificaciones y controles fitosanitarios pueden constituir una barrera de entrada para los pequeños. Pero, en un mercado tan exigente y segmentado como este, existen oportunidades para todos, ya sea como exportadores indirectos, como el caso del mango en el que muchas unidades familiares exportan a través de empresas más grandes, o en los cultivos boutique y orgánicos. Asimismo, en algunos casos, como en la producción del banano, se han formado asociaciones de productores familiares que trabajan muchas veces apoyados por grandes distribuidores de fruta como Chiquita, Freska y Dole.
La formación de asociaciones es la opción más efectiva para que las MIPYMES agrarias puedan crecer en el sector exportador, puesto que esto les permitiría tener economías de escala y asistencia técnica para ser competitivos. Lamentablemente, los modelos asociativos en la mayoría de los casos no han sido exitosos en nuestro país debido, principalmente, a temas culturales, por lo que una oportunidad sería lograr asociaciones a través de una empresa integradora local o del exterior. En estos casos, el estado debe mantenerse como ente promotor y regulador, sin intervención directa en las asociaciones.
La agroexportación seguirá creciendo con la participación del sector privado, estado y universidades, generando más divisas para el Perú.
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