Promover la innovación es una tarea compleja porque, muchas veces, la introducción de una nueva tecnología o un nuevo producto es fácilmente replicable por otras compañías o muy pocas veces es retribuida en comparación a todos los beneficios sociales que puede significar para el mundo. Por ello, las patentes existen como una herramienta para motivar a las personas a buscar nuevas maneras de hacer las cosas de manera más eficiente, a fin de promover el crecimiento y la innovación.
Las investigaciones indican que la innovación y el comercio siempre han estado relacionados. Una de las corrientes estudiaba cómo el comercio de fronteras abiertas promovía la difusión de nuevas tecnologías, o cómo los mercados expandidos por el comercio internacional podían atraer la inversión en innovación. No obstante, una tercera manera en la que fomentamos la innovación a través del comercio es mediante la competitividad, que empuja a las empresas locales a ser más eficientes y adoptar nuevas tecnologías para competir con las empresas exteriores.
En un mercado doméstico, algunas empresas adoptarán mejores prácticas y otras operarán sin cambios, lo que creará ineficiencias arraigadas. Pero en la medida en que se encuentre abierto a la competencia exterior, el mercado interno se readapta, mediante el corte parcial de las ineficiencias gracias a la adopción de tecnologías que fomentan la competitividad local. Sin embargo, si bien es cierto el comercio ayuda a agrandar “el pastel”, esto no necesariamente se traduce en uno más equitativo, pues los resultados del libre comercio llevan consigo ganadores y perdedores entre las empresas locales que consiguieron adaptarse y aquellas que desertaron del proceso.
Cómo lograr el crecimiento del país y a la vez ofrecer a cada miembro de nuestra sociedad una oportunidad equitativa para aprovechar los beneficios de una economía más robusta es una pregunta que aún sigue en estudio, pero que requiere una respuesta urgente. He aquí una tarea pendiente, que consiste en aprovechar las ventajas del comercio para beneficio de nuestra competitividad, sin dejar de lado sus efectos secundarios en la equidad de nuestra nación.
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