En el 2009, se fundó UberCab, la primera versión de lo que se convertiría en el Uber que conocemos hoy en día. La historia de Uber representa una historia de crecimiento y maduración, y demuestra que no solo basta con tener una buena idea de negocio que introduzca disrupción en el mercado, sino que tiene que ser acompañada de un liderazgo firme que dirija el camino del crecimiento.
Uber se ha visto envuelto en varias controversias por sus contratos con pocos beneficios laborales o por sus problemas de seguridad. Por ejemplo, varios conductores no autorizados seguían operando con la aplicación, lo que llevó a la compañía a perder su licencia para operar en Londres en dos oportunidades. No obstante, después de una serie de apelaciones, consiguió seguir operando en el mercado más grande que posee mientras iba aprendiendo de sus errores y eliminando los eslabones más débiles que detenían su progreso.
Cuando Uber cobró notoriedad en el mercado por ser una de las pioneras aplicaciones en servicios de black-car, dirigida por Travis Kalanick, su rápido ascenso y popularidad fueron dirigidas por una euforia por querer estar presente internacionalmente a como dé lugar sin importar la factibilidad ni la adaptación a las diferentes culturas en donde buscaba implementarse. Sin mucha meditación, Uber decidió expandirse pensando que su fórmula sería rápidamente aplicable a otras culturas, lo que causó polémicas y decisiones cuestionables. Fue cuestión de tiempo para que otras compañías locales copiaran la fórmula de Uber y lograran ofrecer una competencia más adaptada al mercado local que llevaría a la compañía a mantenerse solo compitiendo por descuentos. La poca diferenciación y la centralización en el negocio de taxis por aplicación llevó a Uber a retirarse de mercados por las pérdidas que generaba, pues la única manera en la que expandía su mercado era incurriendo en pérdidas para ofrecer descuentos a clientes, tal como ocurrió en Singapur o en otros mercados.
Sin embargo, cuando Uber decidió hacerse una empresa pública en mayo del 2019, el escrutinio de los inversores y la exposición al mercado llevó a que Uber cambiara drásticamente. Con un nuevo Director General, un enfoque en mercados seleccionados, diversificación en otros negocios como el delivery de comida y asociación con el transporte público local, Uber prueba una nueva dirección que prueba ser viable y que, finalmente, ha llevado a ganar una licencia por 18 meses para operar en Londres. La experiencia de Uber nos enseña que la innovación y disrupción no son suficientes sin una dirección estratégica.
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