El escritor peruano se emocionó luego que un grupo de pequeños le preguntaran qué había que hacer para llegar a ser Premio Nobel de Literatura.
El escritor Mario Vargas Llosa quedó conmivo durante el homenaje que se le brindó en el Instituto Cervantes de Estocolmo cuando escuchó a un grupo de niños suecos preguntarle qué había que hacer para llegar a ser Premio Nobel de Literatura.
Vargas Llosa, que escuchó atento y siempre sonriendo la grabación de los pequeños con mensajes como "nos hubiera gustado que nos dieses lecciones de español pero sabemos que tienes muy poco tiempo", dijo sentirse "impresionado" al escuchar el "magnífico español" de los pequeños.
Esta grabación, junto a un juego de palabras construidas con las letras del nombre y apellidos del escritor, figuran en la exposición inaugurada bajo el título "Mario Vargas Llosa. La Libertad y la vida" y que se presenta a modo de trayectoria vital y literaria.
Vargas Llosa, que vivió ayer uno de los momentos más emocionantes al pronunciar un sentido discurso de agradecimiento de aceptación del Nobel que provocó las lágrimas no sólo de su familia y amigos, sino también de los académicos suecos, dijo que pese a tener afectada la voz ésta le alcanzaba para agradecer "esas cosas tan bonitas que han dicho sobre mí".
"En circunstancias como éstas, a veces, las palabras nos faltan para ser auténticos" y agradecer "la manifestaciones de cariño y amistad", refirió.
Vargas Llosa también consideró a la literatura como la fuente primordial de la civilización y deseó que la revolución tecnológica no la haga perder ese rol central que desempeña desde que apareció la escritura.
Al acto en el Instituto Cervantes asistió el ministro de Cultura de Perú, Juan Ossío, quien resaltó que al premiar "los relatos impecablemente construidos" de Vargas Llosa se vuelven a dar al idioma español el realce que otros Premios Nobel ya le dieron.
Al referirse al trabajo de Vargas Llosa destacó su tenacidad porque, dijo, no basta con estar dotado de capacidades, sino saber cultivarlas con "método y paciencia" como son "buen ejemplo" los libros del autor peruano.
La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarell, subrayó que la exposición abierta en Estocolmo incluye buena parte de los objetos que han acompañado a Vargas Llosa en su tarea "rigurosa" de escritor, un oficio que asumió con "pasión" y que le ha llevado hasta el Nobel, cuya carta de concesión redactada por los académicos suecos se incorpora a la muestra.
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