Dirigida por el filósofo y poeta Julio del Valle, esta colección fue iniciada por el escritor Ricardo Sumalavia, quien partió becado a Burdeos (Francia) en el 2005.
Aun en tiempos de libre mercado, el amor por
la literatura subsiste y alienta aventuras editoriales como la
Colección Underwood, que publica en
Perú pequeñas joyas literarias,
muchas de ellas de escritores noveles, y de carácter no venal.
Patrocinada por el área de Estudios Generales de Letras de la Universidad Católica del Perú, la colección edita libros que unen al gran nivel literario de sus escritores la belleza de su presentación en pequeño formato (15x10 centímetros).
Dirigida por el filósofo y poeta Julio del Valle, esta singular colección fue iniciada por el escritor Ricardo Sumalavia, quien partió becado a Burdeos (Francia) en el 2005.
A Del Valle, doctorado en Filosofía por la universidad alemana de Heidelberg, le pareció "una idea fantástica" la propuesta de compartir con Sumalavia la dirección de Underwood, tras lo cual en el 2006 comenzaron a editarse seis libros al año.
Según explicó a Efe, se publican textos de narrativa, poesía y ensayo, a razón de seis títulos anuales: dos para escritores inéditos, dos para escritores jóvenes ya editados y dos para "consagrados".
"Bajo esos criterios ya tenemos publicados a 19 autores y, como este año vamos a cumplir nuestro número 20 tenemos pensado, como una celebración que coincide con los 40 años de los Estudios Generales en la Católica, editar una reunión de todo lo publicado hasta ahora, en un ejemplar en un formato más grande, que será vendido", anunció.
La apuesta de Underwood, que homenajea al poeta peruano Martín Adán, autor de los "poemas Underwood", ha resultado un éxito, al punto que se ha dado el lujo de publicar a reconocidos literatos como el mexicano-peruano Mario Bellatin, el chino-peruano Siu Kam Wen, y nacionales Mario Montalbetti o Carlos Calderón Fajardo.
Se han sumado a ellos escritores jóvenes y talentosos como José Carlos Yrigoyen, autor de una singular "Breve historia del fútbol en Indonesia", Matías P. Delgado, que ha publicado los ensayos brevísimos de "La forma de los hombres que vendrán", o Paul Forsyth, que ha escrito el largo poema en prosa "Llamarás mi nombre".
Pero ¿cómo una colección que no cobra por sus libros convence a los escritores para que le entreguen sus textos?
Del Valle explicó que "se parte de un presupuesto de mutua confianza", ya que los autores no reciben un pago por sus obras, como tampoco lo reciben los editores.
"El compromiso que tienen los autores es que ellos ceden sus textos, no ponen un centavo para la publicación, pero tampoco reciben dinero. El hecho de entrar a una lógica de venta también implicaría entrar a una lógica de derechos de autor", reflexionó.
Al respecto, añadió que la decisión de no vender los libros responde "a un criterio práctico, en el sentido que no se expone a una lógica de fracaso editorial".
"Publicamos 500 ejemplares por número y tenemos un circuito limitado, pero buena parte se queda en la universidad; aunque hay que aclarar que se distribuye gratuitamente pero no se regala, tiene que haber un interés del lector", señaló.
Para cumplir con ese propósito, ha sido imprescindible el aporte de la universidad Católica, que asegura el presupuesto anual de la publicación.
"Creo que, como universidad, la Católica es ciertamente privada y tiene que autofinanciarse, pero también tiene un compromiso con el país, que es la difusión de cultura, a través de un producto bien acabado, bien recibido, que es una combinación que resulta muy sugerente para la universidad", destacó Del Valle.
Junto al número especial, que saldrá en septiembre próximo, también se hará una exposición de las carátulas de los libros, verdaderas joyas de diseño, en el Centro Cultural de la Católica y "en diferentes espacios a lo largo de un mes y medio".
La colección Underwood, en la que también colaboran con entusiasmo los jóvenes editores Antonio Tuya, Joel Anicama y Mateo Millones, confirma que, en estos tiempos veloces y feroces, aún hay espacio para trabajar "por amor al arte".
EFE
Patrocinada por el área de Estudios Generales de Letras de la Universidad Católica del Perú, la colección edita libros que unen al gran nivel literario de sus escritores la belleza de su presentación en pequeño formato (15x10 centímetros).
Dirigida por el filósofo y poeta Julio del Valle, esta singular colección fue iniciada por el escritor Ricardo Sumalavia, quien partió becado a Burdeos (Francia) en el 2005.
A Del Valle, doctorado en Filosofía por la universidad alemana de Heidelberg, le pareció "una idea fantástica" la propuesta de compartir con Sumalavia la dirección de Underwood, tras lo cual en el 2006 comenzaron a editarse seis libros al año.
Según explicó a Efe, se publican textos de narrativa, poesía y ensayo, a razón de seis títulos anuales: dos para escritores inéditos, dos para escritores jóvenes ya editados y dos para "consagrados".
"Bajo esos criterios ya tenemos publicados a 19 autores y, como este año vamos a cumplir nuestro número 20 tenemos pensado, como una celebración que coincide con los 40 años de los Estudios Generales en la Católica, editar una reunión de todo lo publicado hasta ahora, en un ejemplar en un formato más grande, que será vendido", anunció.
La apuesta de Underwood, que homenajea al poeta peruano Martín Adán, autor de los "poemas Underwood", ha resultado un éxito, al punto que se ha dado el lujo de publicar a reconocidos literatos como el mexicano-peruano Mario Bellatin, el chino-peruano Siu Kam Wen, y nacionales Mario Montalbetti o Carlos Calderón Fajardo.
Se han sumado a ellos escritores jóvenes y talentosos como José Carlos Yrigoyen, autor de una singular "Breve historia del fútbol en Indonesia", Matías P. Delgado, que ha publicado los ensayos brevísimos de "La forma de los hombres que vendrán", o Paul Forsyth, que ha escrito el largo poema en prosa "Llamarás mi nombre".
Pero ¿cómo una colección que no cobra por sus libros convence a los escritores para que le entreguen sus textos?
Del Valle explicó que "se parte de un presupuesto de mutua confianza", ya que los autores no reciben un pago por sus obras, como tampoco lo reciben los editores.
"El compromiso que tienen los autores es que ellos ceden sus textos, no ponen un centavo para la publicación, pero tampoco reciben dinero. El hecho de entrar a una lógica de venta también implicaría entrar a una lógica de derechos de autor", reflexionó.
Al respecto, añadió que la decisión de no vender los libros responde "a un criterio práctico, en el sentido que no se expone a una lógica de fracaso editorial".
"Publicamos 500 ejemplares por número y tenemos un circuito limitado, pero buena parte se queda en la universidad; aunque hay que aclarar que se distribuye gratuitamente pero no se regala, tiene que haber un interés del lector", señaló.
Para cumplir con ese propósito, ha sido imprescindible el aporte de la universidad Católica, que asegura el presupuesto anual de la publicación.
"Creo que, como universidad, la Católica es ciertamente privada y tiene que autofinanciarse, pero también tiene un compromiso con el país, que es la difusión de cultura, a través de un producto bien acabado, bien recibido, que es una combinación que resulta muy sugerente para la universidad", destacó Del Valle.
Junto al número especial, que saldrá en septiembre próximo, también se hará una exposición de las carátulas de los libros, verdaderas joyas de diseño, en el Centro Cultural de la Católica y "en diferentes espacios a lo largo de un mes y medio".
La colección Underwood, en la que también colaboran con entusiasmo los jóvenes editores Antonio Tuya, Joel Anicama y Mateo Millones, confirma que, en estos tiempos veloces y feroces, aún hay espacio para trabajar "por amor al arte".
EFE
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