La marca peruana Infinity, que nació en Gamarra hace doce años, dio el salto internacional al presentar su propuesta de suprarreciclaje en el Circular Suntainable Fashion Week de Madrid. Aquí su historia.
Nathalí Zanabria recuerda con cariño cómo su mamá y su abuela combinaban sus prendas, las reparaban y las compartían de generación en generación. Ese eco del pasado marcó el inicio de su camino en la moda sostenible y en el arte del ‘upcycling’ o suprarreciclaje, términos que hacen referencia a la transformación de prendas en desuso para crear otras de mayor valor. Así nació Infinity, la marca que creció en el Emporio Comercial de Gamarra y que hoy es una concept store en Barranco.
“Hace doce años, estaban de moda los shorts a la cintura. Yo les ponía tachas, parches o los pintaba. Hacía variaciones y formas de ‘upcycling’, sin saber en ese momento que era suprarreciclaje, pero me encantaba poder variar por completo la vida de una pieza. Con ello llegó la posibilidad de expandirme y tener mi primera tienda física en Gamarra […]. Estuvimos en Galería Ya, en Brisas y en Damero. Tuvimos un stand puerta a calle y en ese momento Infinity vivió su época de monopolio. En tres meses me compré un carro”, cuenta Zanabria a RPP sobre el inicio de su marca y el diferencial de sus productos, clave en el éxito de su negocio.

Sin embargo, el ritmo que exigía la producción en Gamarra no era compatible con los principios de la moda sostenible que Zanabria buscaba para su marca. “Gamarra también es fast fashion: la producción es gigante y rapidísima. La exigencia que se llevaba no era sostenible con los procesos de ‘upcycling’. Además, el límite que tiene Gamarra es el precio. No podía vender algo que costara más de 100 soles y si tenía un costo más elevado, tardaba mucho más en venderlo”, comenta la empresaria.
Nathalí Zanabria evaluó sus procesos y definió con claridad el enfoque de su negocio: apostar por la sostenibilidad. Ese era su sueño y la motivación detrás de su compromiso con la moda lenta. Dejó su local en el Emporio Comercial y abrió un showroom en Miraflores, donde enseñó a sus clientes que era posible reparar o transformar sus prendas. Y, el año pasado, Infinity se mudó a Barranco, convirtiéndose en una concept store que convive con otras marcas peruanas que llevan con orgullo la bandera de la sostenibilidad.

Infinity y su primera pasarela internacional
Nathalí Zanabria tiene claro que cada cosa sucede en el momento adecuado. Este año, Infinity llevó su propuesta de suprarreciclaje al extranjero y lo hizo con fuerza: participó en la Circular Sustainable Fashion Week de Madrid. Allí se vio su primera colección de ‘upcycling’, la cual fue trabajada en tres meses. “Fusionamos todas las técnicas aprendidas en estos años y mostramos los colores que más identifican a Infinity, diferentes telas, brillos, tachas, jean y telas vintage”, la creativa sobre la técnica que le permite explorar el estilo ‘patchwork’ en sus piezas.
“Para mí, el ‘upcycling’ es alta costura porque toma mucho tiempo, dedicación. Cada prenda se realiza a mano. El mundo ve el suprarreciclaje como una gran alternativa, como un diseño hecho con mucho tiempo y energía. Es un arte”, agrega.
Su propuesta incluyó símbolos propios del Perú como las líneas de Nasca, como recordatorio de una enseñanza que le dejó un viaje personal. Además, Zanabria celebra este logro, ya que sus diseños fueron aceptados y celebrados en el extranjero. “Conocer la percepción de las personas sobre mis prendas fue un gran regalo porque también he visto el futuro que puede tener Infinity en el extranjero”, finaliza.
Este paso marca el inicio de una nueva etapa para Infinity: una apuesta sostenible con gran potencial tanto en el Perú como en el extranjero.

Reparar, Reusar y rehacer: las bases de la moda sostenible que promueve Infinity.Fuente: RPP
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