Chela de Ferrari reinventa el clásico de Shakespare de la mano de un elenco conformado por jóvenes con Síndrome de Down y otras discapacidades mentales, en una obra que busca darnos a conocer su verdad.
“Ser o no ser” es tal vez una de las frases literarias más conocidas en el mundo. Sin importar el idioma, esta obra escrita por Shakespare ha terminado resonando en el mundo, grabándose en nuestras mentes casi inconscientemente y convirtiéndose en parte de la cultura popular.
Sin embargo, son pocos los que realmente profundizan la interrogante que plantea esta breve frase. “Ser o no ser, he ahí el problema” es, precisamente, el punto de partida de Chela de Ferrari para una obra sin igual, la misma que nace de la convivencia y el día a día con cada uno de los miembros de su elenco.
Jaime de la Cruz, el protagonista de la obra, lleva más de 3 años trabajando en Teatro La Plaza, el escenario de esta pieza. Día a día, recibe a los actores, al público y a los trabajadores que llegan a este lugar para ayudarlos a sumergirse en cada una de las funciones que aquí se presentan.
¿Somos indiferentes ante jóvenes como Jaime? ¿Somos diferentes frente a ellos? ¿Cómo actuamos cuando estamos frente a alguien que “no es igual” a nosotros? ¿Entendemos su mundo?
“Ser o no ser” va más allá de uno mismo y es por eso que De Ferrari decidió convertir esta frase en el mensaje de un grupo de jóvenes con síndrome de Down y discapacidades mentales, que alzan su voz sobre las tablas del Teatro La Plaza para presentarnos su mundo, su vida y su talento.
A través de recreaciones de los actos de esta obra clásica, adaptadas por Chela y sus actores, son capaces de ponernos del otro lado de la ventana para hacernos ver a la vida como ellos lo ven, como ellos lo sienten y como ellos la sueñan. Una tarea que no solo necesita tocarnos el alma para poder sumergirnos en ella, sino que también requiere que ellos puedan abrir cada uno de sus corazones al público.
Pero abrir nuestras emociones puede ser una tarea titánica si no encuentras la inspiración o la confianza necesaria para hacerlo. De Ferrari hace esto posible con su elenco. La camaradería, la confraternidad y la amistad que existe en ellos queda evidenciada ante nosotros.
UNA MIRADA DESDE ADENTRO
Al ser testigos del ensayo, previo al ingreso del público a la sala, podemos ver cómo cada una de las barreras que estos jóvenes tienen que superar son vencidas gracias al apoyo de una líder.
Y es que, tal y como lo revelan, ellos son conscientes de las dificultades que tienen y de las capacidades que pueden ayudarlos a superar. “No somos iguales, no saltamos como tú, no caminamos como tú, no hablamos como tú”, recitan en sus versos, mientras nos dan una clase de aceptación, respeto y superación.
Esta obra no es un pedido de igualdad, sin que esto distorsione el mensaje de la obra, es un viaje a través de sus ojos para despertar la empatía en cada uno de los miembros de nuestra sociedad que “muchas veces no sabe cómo reaccionar antes nosotros”, tal y como ellos explican.
A su manera, ellos preparan una pieza que seguramente transformará nuestra visión del mundo. Que no solo nos ayudará a entender y respetar la realidad que viven estos jóvenes, sino de todos aquellos que en algún momento se sintieron discriminados por la sociedad.
“Vamos a dar todo de nosotros hoy, tal y como lo hemos venido haciendo”, les dice su amiga y directora. Aquella a la que abrazan, agradecen, admiran y respetan. La misma persona que demuestra haberse ganado el cariño de estos actores, gracias al mismo mensaje que la obra intenta transmitir al público.
“Hamlet” nos abre sus puertas, su elenco nos abre su mundo y Chela de Ferrari nos abre una oportunidad. Seguramente, cuando Hamlet escribió la frase “Ser o no ser”, hace más de 400 años, jamás imaginó que la sociedad y el tiempo tendrían más de una plataforma para que ese mensaje ayude a transformar nuestras vidas para siempre.
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