El Banco de Pagos Internacionales (BPI) aconcejó, además, favorecer la inmigración y prolongar la vida laboral para garantizar la viabilidad de las finanzas públicas.
En su 80 informe anual, publicado hoy, el BPI analiza la situación de la economía entre el 1 de abril de 2009 y el pasado 31 de marzo.
El banco de los bancos centrales advierte del aumento del déficit fiscal de las economías industriales por la caída de los ingresos públicos, los costes de los rescates financieros y las políticas fiscales expansivas tras la crisis financiera.
El BPI prevé que la deuda pública de las economías avanzadas en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) crezca desde el 76 por ciento en 2007 hasta más del 100 por ciento en 2011, cifras récord desde la Segunda Guerra Mundial.
Añade que "aún no se conoce el coste total de poner en orden los balances de las instituciones financieras".
"Más allá de 2011, diversos países industriales se enfrentan al elevado y creciente gasto en pensiones y salud" por el envejecimiento de su población.
Si no se abordan a tiempo y con eficacia, estos costes podrían generar niveles de déficit y deuda cada vez mayores.
La elevada y creciente deuda pública plantea riesgos importantes para la economía mundial como ha demostrado la reciente crisis de la deuda europea.
El temor a que el sector público incumpla sus pagos puede inducir un aumento marcado de las tasas de interés, lo que puede agravar más la fragilidad financiera y poner en peligro la incipiente recuperación económica.
Persiste la preocupación por la sostenibilidad fiscal a largo plazo de Grecia y otros países europeos.
El BPI insta a estos gobiernos a aplicar "medidas enérgicas para solucionar sus problemas fiscales" para evitar que esta preocupación se extienda a otros países.
Además, el déficit fiscal previsto para 2010 y 2011 probablemente persista pese a la recuperación.
A su vez, los países deberán aumentar durante años su gasto por prestaciones de desempleo ante el aumento de los desempleados de larga duración y disponen de dos opciones para garantizar la viabilidad a largo plazo de sus finanzas públicas.
La primera consiste en promover el aumento de la productividad general y del crecimiento con medidas para reducir gastos improductivos, cambios en el sistema tributario y reformas de los mercados laborales y de bienes y servicios para reforzar la confianza de los mercados y mantener bajas la tasas de interés.
La segunda consiste en ampliar el tamaño de la población activa con relación al de la población anciana.
Para ello sería posible favorecer la inmigración hacia países con un rápido crecimiento de la población de la tercera edad y aumentar la participación de las mujeres y de las personas de más edad en el mercado laboral.
El índice de mujeres en el mercado laboral se situaba en el 64 por ciento en los países de la OCDE en 2008, muy por debajo del 84 por ciento de hombres.
El BPI considera una solución eficaz y duradera favorecer la prolongación de la vida laboral, combinando un aumento de la edad legal de jubilación con mayores incentivos para postergar ese momento.
Si se siguen las políticas actuales, entre 2011 y 2050 el gasto público por envejecimiento de la población como porcentaje del PIB aumentará varios puntos porcentuales en Alemania, España, EEUU, Grecia y el Reino Unido, y algo menos en Francia, Italia y Japón, advierte el BPI.
Pronostica que la deuda en proporción del PIB crezca más de la mitad en EEUU, en cuatro quintos en España, que casi se duplique en el Reino Unido y se triplique en Irlanda entre finales de 2007 y de 2011.
El BPI descarta que el reciente repunte de la deuda pública vaya a cesar en el futuro cercano porque los déficit provocados por la desaceleración económica no van a desaparecer con rapidez ya que se prevé que la recuperación económica sea lenta.
EFE
Comparte esta noticia