Rompiendo estereotipos propios de una cultura todavía machista, ellas demuestran que no son el ´sexo débil´.
Cada vez más mujeres escalan el difícil camino hacia la alta gerencia. La ejecutiva Blanca Quino, actual gerente general de Kimberly Clarck en el Perú, indicó a la revista América Economía que “las cosas vienen en el momento justo, ni antes ni después”. Luego de laborar en un alto puesto regional en la multinacional estadounidense, le pidieron regresar al Perú al área comercial. La decisión, que parecia un paso atrás, resultó un avance de su carrera.
El camino hasta puestos ejecutivos en una empresa no será igual para los dos sexos. En muchos casos, se presenta la elección entre carrera o familia. Las sociedades latinas muestran cierto recelo a las mujeres de éxito por no ser “de familia”.
Por suerte para ellas, muchas empresas implementan políticas destinadas a retener el talento femenino. Incluso algunos jefes son capaces de despedir a una trabajadora capaz por solo enterarse de que está embarazada.
El ascenso de mujeres en la alta gestión es una realidad que nuestra región tiene la posiblidad de liderar. Claro ejemplo son las elecciones de Cristina Fernández y de Michelle Bachelet como cabeza de sus gobiernos, acaso los cargos más importantes.
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