El impacto económico de la inseguridad ciudadana ha aumentado en los últimos años.
Uno de cada cuatro peruanos mayores de 15 años ha sido víctima de algún hecho delictivo en las zonas urbanas en la primera mitad del año, según un reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), e incluso un 81% de la población cree que en los siguientes meses podría enfrentar algún hecho que atente contra su seguridad.
Estos altos niveles de inseguridad tienen un impacto en la economía del país, no solo por el mayor gasto que pueden realizar algunos peruanos para protegerse de la delincuencia, sino también por cambios en el comportamiento de consumo y la reducción de inversión y productividad.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo indica que el crimen tiene un costo social que representa el 2.77% del PBI en el 2014, pero un cálculo más reciente de Videnza Consultores indica que en los últimos años el impacto de la inseguridad ha aumentado a 3.09% del PBI.
Ese porcentaje del PBI equivale a un costo de S/ 31,500 millones anuales, pero solo considera los costos directos del crimen, sin contar los efectos indirectos.
Solo en el calculo mostrado se tienen en cuenta los gastos que las empresas y los hogares realizan por seguridad privada y otros costos sociales, el presupuesto que se asigna a seguridad, lo que invierte el Estado en seguridad, las carceles y otros gastos relacionados.
Por ejemplo, para evitar ser parte de la estadística de víctimas de la inseguridad, las empresas y ciudadanos realizan un gasto promedio de S/ 12,400 millones.
Además, el Estado fija un presupuesto de unos S/ 15 mil millones a la función de seguridad y orden interno, monto que se ha ido triplicando en los últimos diez años.
El encarcelamiento representa un costo de 0.11% del PBI, por el gasto público que hace el Gobierno en la administración de los penales que hasta el año pasado tenía una población que sumaba unos 89,465 reclusos.
Las pérdidas ocasionadas por la privación de la libertad de los reclusos también es un impacto, pues se estima que los ingresos que deja de generar esa población equivalen al 0.21% del PBI.
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