Desde el inicio de la escalada bélica, el precio del petróleo ha registrado un aumento sostenido, alcanzando un alza superior al 5 % en algunos días; mientras que el oro subió más de 1 % tras el ataque de Irán contra alcanzando niveles cercanos a los 2,662 dólares por onza.
El reciente estallido de tensiones en Medio Oriente, tras un ataque masivo de Irán contra Israel, ha generado ondas de choque en los mercados globales, impulsando los precios de activos refugio como el oro y el petróleo, y afectando la estabilidad de las principales economías emergentes. Este conflicto, que ha elevado las preocupaciones sobre el suministro global de crudo y la seguridad en la región, ha exacerbado la volatilidad en los mercados financieros.
Desde el inicio de la escalada bélica, el precio del petróleo ha registrado un aumento sostenido, alcanzando un alza superior al 5% en algunos días, impulsado por temores a posibles interrupciones en la producción y distribución del crudo desde Irán, uno de los mayores productores de la región.
Aunque hasta ahora no se han reportado cortes significativos en el suministro, los inversores se mantienen cautelosos ante el riesgo de que las tensiones escalen aún más, afectando instalaciones energéticas clave.
Por otro lado, el oro subió más de 1 % tras el ataque de Irán contra alcanzando niveles cercanos a los 2,662 dólares por onza. La demanda de este activo refugio refleja la creciente aversión al riesgo que predomina entre los inversores en tiempos de incertidumbre geopolítica, en un contexto donde los activos más volátiles han sufrido caídas importantes.
¿Qué impacto tendría en la economía peruana?
Para Perú, uno de los principales exportadores de oro a nivel global, este incremento en los precios representa una oportunidad para el sector minero. Un oro en máximos históricos podría traducirse en un aumento significativo en los ingresos por exportaciones, beneficiando a empresas clave del sector y contribuyendo positivamente a la balanza comercial del país.
Sin embargo, no todas las noticias son alentadoras. El alza en los precios del petróleo amenaza con incrementar los costos energéticos, lo que afectaría directamente los costos de transporte y logística en la economía peruana. Con un precio del barril superando los 100 dólares en el horizonte, el impacto podría sentirse en forma de mayor inflación, especialmente en sectores dependientes de la energía, como el transporte y la manufactura.
Según Cesar Huiman, Analista Senior de Equity Research en Renta4 SAB, “El impacto del conflicto en Medio Oriente continúa siendo una fuente de incertidumbre para los mercados globales, con repercusiones tanto positivas como negativas para la economía peruana. Mientras el sector minero podría beneficiarse del incremento en el precio del oro, el alza en los precios del petróleo amenaza con presionar los costos energéticos y aumentar la inflación, afectando a consumidores y sectores clave.”
¿Cuáles son las perspectivas a futuro?
A corto plazo, los mercados seguirán estrechamente ligados a la evolución del conflicto. Si las hostilidades en Medio Oriente continúan o escalan, es probable que los precios del crudo y el oro sigan al alza.
El suministro global de energía podría verse afectado de forma significativa si las tensiones geopolíticas impactan directamente las infraestructuras petroleras de la región. Además, la fortaleza del dólar, otro activo seguro, podría mantenerse, impulsada por la inestabilidad y las expectativas de una política monetaria más conservadora por parte de la Reserva Federal.
A mediano plazo, la trayectoria de estos mercados dependerá también de las decisiones de política monetaria en Estados Unidos. Si bien una corrección en los precios del oro podría materializarse en un escenario de desinflación global, el conflicto en Medio Oriente seguirá siendo un factor determinante para el comportamiento de los mercados globales
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