Las remesas son el sustento de miles de familias peruanas, pero las políticas migratorias de EE. UU. podrían afectarlas. Se recibieron casi $ 5 000 millones en 2024, que representan el 1.8 % del PBI. Sin embargo, las deportaciones masivas y restricciones laborales amenazan su flujo, impactando a hogares vulnerables.
Miles de familias peruanas subsisten con el envío de remesas del exterior, es decir, dinero que le envían a sus parientes desde otros países, principalmente, desde estados unidos, pues según el banco mundial y el Fondo Monetario Internacional, es la mayor fuente de remesas global. Sin embargo, los hogares peruanos se verían afectados con el sistema de deportaciones de Donald Trump.
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¿Cómo funciona el flujo de las remesas?
Mercedes Araoz, exvicepresidenta del Perú, explica que las remesas "son los excedentes que pueden generar los peruanos que en el exterior y que remiten a sus familiares en el país de origen. Por ejemplo, si ha migrado una persona de perú a estados unidos, ese migrante puede mandar dinero de sus ahorros a su familia de nuestra localidad y tiene impacto porque las familias cuentan con un ingreso adicional en perú para hacer gastos que no hubieran podido hacer si esos ingresos no se hubieran generado".
El Banco Central de Reserva del Perú informó que el ingreso de las remesas se ha incrementado con el paso del tiempo, alcanzando los $ 4,446 millones en el 2023. Al cierre del 2024, el IPE estima que habrían entrado casi $ 5,000 millones en remesas, casi un 11 % más que el año anterior
Destino de las remesas
Ese es el caso de Natalia Rodríguez, una peruana que reside en Estados Unidos y trabaja para brindarle sustento a su madre, una mujer de más de 60 años que depende de las remesas que recibe cada mes:
"Tengo 3 años viviendo en Estados Unidos y yo envío a mi mamá de $ 250 a $ 300 mensuales. Mi mamá es una persona delicada de salud y no se encuentra en condiciones para trabajar, entonces es un gran apoyo para ella. También tengo amigos y compañeros de trabajo que se encuentran en la misma situación con sus parientes".
Los envíos de dinero desde el extranjero se destinan mayormente a cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y educación. De acuerdo con un informe del Banco Central de Reserva, el 60 % de las remesas se dirige al consumo diario, el 20 % a salud y educación, y el restante 20 % al ahorro e inversión en pequeños negocios.
Asimismo, la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de 2021 revela que el 65 % de las remesas se envía mensualmente, mientras que el resto se distribuye en envíos trimestrales o semestrales.
Impacto en la región y riesgos de las políticas migratorias de EE. UU.
Alonso Macedo, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), sostuvo que las deportaciones afectarían los ingresos económicos de 900,000 hogares, pues cerca de 1 millón de peruanos viven en estados unidos.
"En la última década, la mitad de las personas que han recibido remesas son personas que no están económicamente activas: amas de casa, jubilados, padres del migrante, estudiantes y esto es especialmente preocupante, ya que, si continúa escalando el programa de deportaciones masivas en estados unidos, lo que va a pasar, es que las remesas se van a ver afectadas", explicó.
La remesa mensual promedio que reciben los peruanos es de $ 250 a $ 300; según el banco interamericano de desarrollo. Si bien la mayoría del dinero proviene de Estados Unidos, le sigue España, Chile e Italia.
El especialista indica que las transferencias del exterior equivalen a un 1.8 % del PBI nacional, de allí la importancia de analizar los efectos que podría tener en las familias que dependen de las remesas desde estados unidos, y por ello, es necesario trabajar medidas mitigar sus efectos adversos, en el caso de una reducción de estos envíos.
Si bien el panorama para Perú sigue siendo positivo, el Instituto de Economía de Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima advirtió que, a nivel regional, las políticas migratorias de EE. UU. podrían desacelerar el dinamismo de las remesas debido a restricciones laborales para los migrantes, incertidumbre económica y un posible incremento de la inflación por el alza de aranceles.
Los países más vulnerables a estas medidas serían Guatemala, El Salvador, Honduras y México, donde más del 90 % de las remesas provienen de EE. UU. En 2024, la región recibió un total estimado de $ 160,000 millones en remesas, contribuyendo a la reducción de la pobreza, la mejora de la calidad de vida y el fomento del consumo interno.
A pesar del desafío que representan las políticas migratorias, las remesas continúan siendo un factor importante para la estabilidad financiera de millones de familias en América Latina y El Caribe, por lo que se recomienda un seguimiento constante de las tendencias y posibles cambios en la legislación migratoria estadounidense.
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