El factoring en Perú cumple una década como herramienta para el financiamiento empresarial, pero aún enfrenta retos, especialmente en la inclusión del sector público. Ricardo Gallo, presidente de APFAC, sostiene que el factoring representa el 4 % del PBI, pero su consolidación podría duplicar su impacto en el PBI.
Este 2025 se cumplen diez años desde que la Ley 29623 transformó la factura comercial en un título valor negociable, permitiendo el desarrollo del factoring en Perú. A pesar del crecimiento del sector, aún existen oportunidades por aprovechar, especialmente en la negociación de facturas del sector público.
Ricardo Gallo, presidente de la Asociación Peruana de Factoring (APEFAC), se presentó en Economía Para Todos por RPP y explicó los avances y desafíos de la industria.
"La ley permitió que terceros puedan negociar las facturas, quitando el monopolio a los bancos, que hasta ese momento solo negociaban letras y pagarés", señaló Gallo.
El factoring ha permitido mejorar el acceso a financiamiento de las pequeñas y microempresas (Mypes), diversificando el mercado; sin embargo, "no hay un sector específico beneficiado", ya que cualquier empresa que emita facturas puede acceder a esta herramienta financiera.
La participación del Estado es un reto pendiente
Uno de los mayores desafíos es la incorporación del Estado como actor clave en el factoring. Según contó el experto, "el Estado le compra a las Mypes aproximadamente S/ 70,000 millones al año, cifra superior a los S/ 43,100 millones que se negociaron en 2024. El estado, participando de la industria de factoring, duplicaría los montos de negociación que estamos haciendo en factoring", indicó Gallo.
Actualmente, el factoring representa el 4 % del PBI peruano, pero podría alcanzar el 8 % en pocos años si se superan barreras burocráticas.
El principal obstáculo es la falta de reconocimiento por parte de las entidades estatales sobre el cambio de titularidad de las facturas. "Mientras no haya mecanismos claros para que los burócratas del Estado reconozcan este cambio, nos estamos perdiendo de mucho", advirtió.
Experiencias del factoring en Chile y México
En la región, Chile lidera el sector con un factoring que representa el 16 % de su PBI, mientras que en España la cifra asciende al 26 %. En contraste, en México el factoring solo equivale al 3 % de su PBI, debido a restricciones regulatorias que limitan la participación de entidades no bancarias.
"En Chile, las empresas tienen 8 días para manifestar conformidad o disconformidad con la factura. Si no lo hacen, el silencio se considera positivo. Esto ha ocasionado que haya un volumen de negociación porque no tenemos que esperar a la conformidad del pagador para que esta factura se pueda negociar", explicó Gallo.
En México, en cambio, la necesidad de aprobación expresa del pagador retrasa la negociación de facturas. A pesar de estos retos, México ha implementado una plataforma nacional donde se centralizan las facturas de empresas privadas y públicas, lo que facilita la negociación.
El especialista concluyó diciendo que este modelo podría ser una solución en Perú, permitiendo a inversionistas comprar facturas del sector público y, en consecuencia, brindar mayor financiamiento a las mypes.
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