Javier Llamosa, del gremio de farmacéuticos, explicó que incluso una rebaja fuerte de precios afectaría al mercado farmacéutico en el país.
Javier Llamosa, decano del Colegio de Farmacéuticos del Lima, consideró que la reciente fusión entre las dueñas de las farmacias Mifarma e Inkafarma no solo representa un riesgo de aumento de precios para los consumidores, sino que, una eventual concertación de precios a la baja.
"Más allá de subir precios, también es riesgoso bajar precios, porque podrían ahogar a pequeñas boticas de barrios y desaparecerlas", indicó.
Mayor comprador
El especialista explicó que otro de los riesgos de que ahora dos empresas concentren el 95% de las cadenas de farmacias es que además son dueñas de los laboratorios que fabrican las medicinas, lo que potencialmente podría perjudicar también al Estado, que es el principal comprador de estas medicinas.
"Esto es riesgoso porque el Estado debe asegurar primero el abastecimiento para el sector público", indicó.
Competencia
A su juicio, Llamosa indicó que actualmente las farmacias de barrio sí compiten con las grandes cadenas como Inkafarma o Mifarma. Sin embargo, estas últimas no solo se dedican a vender medicamentos, sino que participan de negocios como frabricación, distribución y comercializador, es decir, que controlen casi toda la cadena de ventas.
"Existe competencia, pero tenemos un gran conglomerados que agrupan todo: es fabricante, distribuidor, comercializador de los medicamentos. De una canasta de 10 huevos, 8 recaen sobre un mismo jugador", comentó.
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