El exministro de Energía dijo que en el hipotético caso de que Repsol no pudiese vender sus activos el país se quedaría sin más del 50% de su capacidad refinera.
La decisión final para que el Gobierno a través de Petroperú retroceda en la pretención de adquirir los activos de la empresa española Repsol fue más política que técnica, aseveró Carlos Herrera, exministro de Energía y Minas.
Agregó que las fuerzas empresariales y políticas del país mostraron la capacidad de participar en el destino de la nación.
"El manejo político ha sido pésimo, al final hemos llegado al mismo punto de inicio pero con un desgate para todos, con cuestionamientos, una serie de temores que felizmente esta decisión se disipa", dijo.
El también Decano Nacional del Colegio de Ingenieros del Perú añadió que en el hipotético caso que Repsol ya no pudiese vender sus activos, uno de los perjudicados serían los pensionistas de las AFP cuyos aportes están invertidos en tal empresa.
"¿Cuál sería el escenario si nadie quisiese comprar La Pampilla?. Si Repsol decidiera cerrarla, el país se queda sin más del 50 por ciento de su capacidad refinera. Un país que tiene petróleo y no tiene una refinería es como si no tuviera petróleo. Entonces pasaríamos a depender de las refinerías de países vecinos que sí tienen capacidad de procesar sus crudos y el nuestro como Chile o Ecuador", culminó.
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