Una fuerte baja de los costos de la gasolina llevó a un desplome de los precios al consumidor de Estados Unidos en abril, que anotaron su mayor retroceso en más de cuatro años, mientras que una lectura de la inflación subyacente estuvo tan débil que podría preocupar a la Reserva Federal.

El Departamento de Trabajo dijo el jueves que su índice de precios al consumidor (IPC) bajó un 0,4 por ciento, el mayor declive desde diciembre del 2008.

Los analistas esperaban un descenso más modesto, de 0,2 por ciento, en los precios del mes pasado.

El IPC subyacente, que mide los precios sin contar los alimentos y la energía, que son más volátiles, subió apenas 0,1 por ciento.

REUTERS