Manifestó que tanto la empresa como la población tienen razón al expresar sus razones, pero el proceso de informar sobre este gran proyecto demora por lo menos dos años.
En diálogo con RPP, manifestó que tanto la empresa como la población tienen razón al expresar sus razones, pero el proceso de informar a la población sobre este gran proyecto demora por lo menos dos años.
"El río Tambo, que es el hueso de la controversia, está altamente contaminado por arsénico natural, que no proviene de ninguna mina, esa agua no se puede tomar sin tratamiento. La empresa (Â ) debería explicar un poco mejor lo que esta haciendo, eso es un proceso, hay que empezarlo dos años antes de lanzar un proyecto, empezarlo un mes antes no es suficiente", refirió.
El proyecto Tía María plantea la extracción de cobre en el distrito de Cocachacra, provincia de Islay, pero los pobladores temen la contaminación de sus aguas.
Manifestó que en el Perú, el subsuelo es del Estado y las comunidades no participan directamente en la producción de éste, aunque vivan cerca.
Explicó que en otros países, como en Estados Unidos, las utilidades y ganancias de los pozos petroleros y las minas van dirigidas a las poblaciones de la zona.
Para que se haga lo mismo en el Perú se requiere de cambiar la legislación, señaló.
Advirtió que en Arequipa y Cusco está arraigada la idea de que exportar materias primas es malo.