El sistema financiero peruano muestra solidez y capacidad de resistencia ante escenarios adversos. Entre los datos que presentó la SBS, se destaca la mejora en la calidad de cartera, mayor solvencia y utilidades, así como una recuperación en créditos minoristas y menor nivel de endeudamiento de los hogares.
El sistema financiero peruano presenta una sólida resistencia frente a potenciales escenarios de estrés, según se dio a conocer en la exposición del Informe de Estabilidad del Sistema Financiero (IESF) 2025 - I, presentado por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
En términos de solvencia, el sistema financiero mantiene niveles adecuados, con un ratio de capital global promedio de 16.8 % a marzo 2025. El sistema cuenta con un colchón de capital de S/ 36,066 millones para afrontar pérdidas inesperadas.
El informe incluye ejercicios de estrés para evaluar la resistencia del sistema. En el ejercicio de estrés de solvencia, se simulan tres escenarios (base, estrés y estrés severo) que consideran la materialización de riesgos locales e internacionales, incluyendo potenciales fenómenos climatológicos y la agudización de la inestabilidad política.
La conclusión principal es que, incluso en escenarios de estrés severo, el sistema financiero mantendría adecuados niveles de solvencia, con el ratio de capital proyectado manteniéndose muy por encima de los mínimos regulatorios.
Si bien en el escenario base se espera una recuperación de portafolios, los segmentos minoristas (Mediana+MYPE y consumo) mostrarían deterioro en el escenario de estrés severo, dada su sensibilidad al ciclo económico.
Los datos que mueven el sistema financiero peruano
A marzo de 2025, la cartera total de créditos del sistema financiero asciende a S/ 405,670 millones. Se observa un leve crecimiento anual del 1.2 % en la cartera total, y del 0.3 % sin considerar los programas de gobierno. El crecimiento se concentra en el segmento corporativo y gran empresa (+ 6.9 % anual) y en los créditos hipotecarios (+ 5.4 % anual).
Sin embargo, los segmentos de Mediana+MYPE y consumo (sin programas de gobierno) mostraron disminuciones en sus saldos, de - 10.3 % y - 1.3 % respectivamente a marzo de 2025.
Jorge Mogrovejo, superintendente adjunto de Banca y Microfinanzas, explicó que esta reducción no se debe a la pandemia, sino al "crecimiento negativo de la economía del año 2023", que llevó a las entidades a reducir riesgos y enfocarse en deudores de menor perfil.
La buena noticia es que ambos segmentos presentan un cambio de tendencia con pendiente positiva en los últimos meses, y se espera que la recuperación en las colocaciones continúe en un contexto de mejores expectativas macroeconómicas.
Un aspecto destacado del informe es la mejora en la calidad de cartera, aunque todavía se encuentra por encima de los niveles pre-pandemia. Los ratios de Cartera de Alto Riesgo (CAR) sin programas de gobierno a marzo 2025 son: consumo 5.8 %, hipotecario 4.7 %, Mediana+MYPE 13.8 %, y corporativo y gran empresa 1.4 %.
Además, los nuevos desembolsos de créditos desde 2023 muestran un menor nivel de incumplimiento, en línea con la recuperación de la actividad económica. Esta mejora en la calidad de cartera es una de las principales razones detrás del menor gasto de provisiones (- 15.5 %), lo cual contribuyó al aumento de las utilidades del sistema.
El sistema financiero registra mayores utilidades netas, alcanzando S/ 12,318 millones a marzo de 2025, superando los S/ 9,052 millones de marzo 2024 y los S/ 10,331 millones pre-pandemia. El Retorno sobre Patrimonio (ROE) se situó en 16.0 % a marzo 2025, con una tendencia creciente desde junio 2024. Este mayor margen se debe principalmente al menor gasto financiero y de provisiones.
Créditos de consumo e hipotecarios
Adicionalmente, se analizó el nivel de endeudamiento de los prestatarios de créditos de consumo e hipotecarios. El ratio cuota-ingreso (RCI) promedio se situó en 27.0 % a diciembre de 2024, por debajo del 29.4 % registrado en 2023 y del umbral de 30 %.
Esta mejora se debe a la recuperación de los ingresos de los hogares (impulsada por el empleo formal y la masa salarial) y a la reducción en el promedio de las cuotas, tanto en consumo (menor saldo promedio) como en hipotecario (menores tasas de interés, dinamización de la compra de deuda).
La reducción del RCI fue generalizada, destacando en los quintiles de menores ingresos. Esta mejora en el nivel de endeudamiento se correlaciona con las mejoras observadas en la calidad de cartera de consumo e hipotecario.
Te recomendamos
Video recomendado
Comparte esta noticia