Arquitecto señala al heredero de la corona británica como responsable del bloqueo de la rehabilitación de unos cuarteles en Londres
El príncipe Carlos fue acusado hoy por el arquitecto Richard Rogers de exceder sus competencias al usar su influencia para bloquear un proyecto urbanístico de rehabilitación de unos cuarteles en Londres que no era de su agrado.
Rogers acusó al heredero de la corona británica de "sentar un precedente peligroso" al emplear sus contactos con la familia real de Qatar para conseguir que su diseño modernista para los cuarteles del barrio de Chelsea no se lleve a la práctica.
En declaraciones a
"No está en la ley, tiene que ver con un acuerdo constitucional y con la confianza que hay en nuestra sociedad acerca del papel que tiene la gente que ha recibido el poder de esta manera", dijo Rogers, quien acusó también al príncipe de rechazar la pluralidad.
"El príncipe no quiere debatir y si el príncipe no quiere debatir debe cuestionarse la razón por la que puede participar en temas políticos", añadió el arquitecto, quien preguntó: "¿vamos a permitir que la realeza nos imponga qué es el arte moderno?".
Rogers subrayó que los miembros de la familia real no son expertos en esta materia, como tampoco lo son en música o en medicina, y que lo más importante a tener en cuenta en esta controversia es que "no es constitucional que se entrometan en áreas con contenido político".
Los citados cuarteles, que ocupan una superficie de casi 13 hectáreas en uno de los barrios más caros de la capital británica, fueron vendidos en 2008 a una empresa qatarí por 959 millones de libras (1.580 millones de dólares o 1.135 millones de euros).
La idea inicial fue construir 638 apartamentos en varios edificios de hasta 10 pisos de altura, pero finalmente las autoridades autorizaron la construcción de 552 apartamentos, con el acero y el cristal como elementos exteriores predominantes.
Los propietarios del terreno anunciaron el viernes que habían retirado su solicitud para la planificación del proyecto, menos de una semana antes de que fuera considerada por las autoridades locales y poco después de que Carlos de Inglaterra enviara una carta a la empresa pidiéndole que reconsiderara el diseño de Rogers.
La agencia británica de noticias PA informó de que en esa carta el príncipe Carlos habría pedido a los qataríes que consideren una arquitectura más clásica para el proyecto en Chelsea.
La implicación de Carlos de Inglaterra también fue criticada por el presidente del Royal Institute of British Architects (RIBA), Sunad Prasad, y por el dirigente laborista Nick Raynsford.
Este último le acuso de actuar "de una manera casi feudal cuando discute con miembros de familias reales del extranjero sobre cosas que afectan a la gente de este país y que deberían decidirse por el proceso democrático normal".
EFE
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