Olivia de Havilland era la última de su estirpe, aquella era dorada de Hollywood. La actriz de "Lo que el viento se llevó" y ganadora de dos premios Oscar falleció a los 104 años.
Olivia de Havilland era la última de su estirpe, ahora solo quedará el recuerdo en celuloide de aquellos grandes artistas que formaron parte de la era dorada de Hollywood. La actriz de "Lo que el viento se llevó" (1939) murió a los 104 años, informaron medios locales que citan a su publicista Lisa Goldberg.
La artista, ganadora de dos premios Oscar, falleció por causas naturales en su casa de París (Francia), donde vivía desde hace más de 60 años. Según informa Entertainment Weekly, ella murió "plácidamente mientras dormía" en su hogar.
SU CARRERA
Nacida en Tokio en 1916, Olivia de Havilland vivió una infancia caracterizada por un delicado estado de salud, la opresión de su totalitaria madre y la enemistad con su hermana Joan Fontaine (que arrastró hasta el final de sus días).
Con 19 años, debutó en el mundo del cine y, de allí, llegó directa al estrellato hasta lograr dos premios Oscar como Mejor Actriz por "To Each His Own" (1946) y "La heredera" (1949). Pero sería su aparición en "Lo que el viento se llevó" -como la estoica Melanie Wilkes, contraparte femenina de la explosiva Scarlett O'Hara (Vivien Leigh)- por la que quedó inmortalizada en el cine. Curiosamente, no ganó reconocimientos con este papel.
Otra de sus interpretaciones más celebradas fue su papel en "The Snake Pit" (1948), una de las primeras cintas de Hollywood que representó las enfermedades mentales y que supuso uno de los mayores retos de su carrera.
SU LUCHA POR UN CONTRATO JUSTO
Son innumerables los aspectos reseñables de la vida de Olivia: las muchas películas protagonizadas junto a Errol Flynn y su lucha judicial contra los estudios de cine de la época. Cabe mencionar esta última, pues marcó un hito en la industria al ser una de las primeras actrices que llevó a juicio a su estudio, Warner Bros., en 1943 para liberarse de los aspectos más abusivos de su contrato.
Por aquel entonces, en Hollywood reinaba el conocido "star-system" en el que los grandes estudios pulían a sus estrellas a cambio de controlar al máximo su vida laboral y personal. La demanda prosperó y cambió para sus compañeros un punto por el que los estudios podían pausar los contratos de sus intérpretes si no trabajaban y alargar las condiciones de exclusividad más allá del tiempo firmado.
"Nadie pensó que ganaría, pero después de hacerlo, llegaron flores, cartas y telegramas de mis compañeros actores. Esto fue maravillosamente gratificante", recordó la actriz en una entrevista de 1992.
La mítica Olivia de Havilland era considerada la última estrella viva de la era dorada de Hollywood, tras la muerte de Kirk Douglas hace seis meses.
DISPUTAS LEGALES
En el 2017, y con 101 años, la leyenda de Hollywood enjuició a la cadena FX por su miniserie "Feud: Bette and Joan". La actriz denunció la forma en la que ella estaba representada y dijo no haber dado consentimiento ni recibido remuneración alguna por el uso de su nombre e identidad. SIn embargo, la demanda fue desestimada.
La ficción se centraba en la famosa rivalidad entre Bette Davis (Susan Sarandon) y Joan Crawford (Jessica Lange). También mostró la rivalidad entre Olivia de Havilland, la amiga de Davis, y su hermana menor, Joan Fontaine, también ganadora del Oscar. Esa rivalidad solo terminó con la muerte de Fontaine en 2013.
(Con información de EFE, AFP y Europa Press)
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