Robinho llegó al Manchester City en 2008 como fichaje estrella, luego de disputar tres temporadas con el Real Madrid.
Robinho siempre estuvo en el foco de la atención. Elegido a los 15 años por la leyenda brasileña Pelé como su sucesor, el atacante llevaba su carrera entre el talento y las gambetas, lidiando con la tentación que no necesariamente favorece a un futbolista. Brilló en Santos de su país, fichó por el Real Madrid, pasó al Manchester City y fue en AC Milan donde haría sus últimas apariciones en la élite de Europa.
A sus 36 años y ahora siendo parte del Estambul Basaksehir de Turquía, Robinho ha recordado sus momentos en los clubes del ‘Viejo continente’, principalmente en Inglaterra, donde llegó al City como la primera gran estrella del equipo en 2008.
“Me gustó mucho Manchester, por sus restaurantes, el club, su gente… pero no nos olvidemos de las discotecas”, mencionó en entrevista con Marca.
“Me gustaba divertirme. ¡Pero los ingleses salían más que los brasileños! Joe Hart salía siempre, Micah Richards y Shaun Wright-Phillips lo mismo. Pero cuando salíamos los brasileños siempre nos pillaban”, agrega.
Robinho se unió a la Premier League tras tres temporadas con el Real Madrid, por el cual firmó en 2005. Pese a que no alcanzó el nivel generado en las expectativas, el brasileño ganó dos títulos de La Liga.
“No me arrepiento de irme del Madrid. Pero lamento haber acabado mal con ellos cuando me fui. Fue el club que me abrió las puertas y me ofreció la oportunidad de conquistar Europa. Me gustaría mucho volver a ver a Florentino Pérez, darle un abrazo y agradecerle todas las cosas buenas que hizo por mí”, señaló.
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