Todo el país cafetero está paralizado: el presidente Santos ha dado feriado este viernes y Colombia entero espera por el decisivo partido.
El rojo y amarillo de las camisetas oficiales de la selección Colombia inundan hoy las calles de todo el país, que ya está preparado para paralizarse cuando sus "héroes" enfrenten a Brasil para buscar el histórico billete a la semifinal.
Después del triunfo contra Uruguay en Maracaná, Colombia atravesó una semana de tensión y agitación colectiva que estallará con el pitido inicial en Fortaleza, donde el equipo, que juega con su segunda equipación, la roja, por primera vez en 24 años, luchará contra la Canarinha.
"Se nota por la calle la tensión, la ansiedad de que juega Colombia. Todo el mundo te saluda si ve que vas con la camiseta, y aunque en general la gente parece calmada yo estoy ansiosa, no me encuentro muy bien y ya no sé ni quién soy", dijo a Efe Ana María Mejía, una de los miles de colombianos que aguarda desde su oficina.
Los funcionarios públicos de Bogotá, Cali y Pereira tendrán día libre desde la 13.00 hora local (18.00 GMT), al ser decretado día cívico, una medida extraordinaria que se toma por primera vez durante este torneo.
La ley seca, que prohíbe vender y consumir alcohol, rige en la capital, donde también será complicado moverse en los miles de taxis, prácticamente ilocalizables desde media hora antes de que comiencen los partidos de la selección colombiana.
"Nada que sea amarillo funciona cuando hay partido", comentó en referencia a este transporte Oliver, bogotano que asegura que permanecerá en su trabajo un par de horas después de que finalice el partido para evitar aglomeraciones.
EFE
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