Asesino de Oslo aseguró que todo es responsabilidad suya, pero dijo que no se siente culpable por las 77 muertes.
El fundamentalista cristiano ultraderechista Anders Behring Breivik defendió hoy en el juicio por los atentados del 22 de julio en Noruega, en los que murieron 77 personas, que no es un enfermo mental y que se le debe considerar responsable de los hechos.
"Este proceso es muy simple. No soy un caso psiquiátrico, soy penalmente responsable", dijo según medios digitales noruegos en su declaración, no retransmitida por orden del tribunal.
Breivik aseguró que "todo" es responsabilidad suya, pero matizó que no se siente culpable, porque la culpa recae en los defensores del "multiculturalismo", que amenaza la existencia de los noruegos.
"Para mí, el 22 de julio no trata sobre los familiares o sobre mí, trata sobre el futuro de Noruega y de Europa", afirmó.
El extremista noruego de 33 años sabe que ha "destrozado" la vida de familiares de las víctimas y supervivientes y que les ha causado "dolor inimaginable", pero que ni quiere ni puede pensar en ello.
"No creo que hubiera podido estar en el juicio sin haber eliminado mis emociones. Si tuviese que intentar comprender el sufrimiento que he causado, no habría podido estar sentado aquí o vivir después del 22 de julio", afirmó.
A pesar de la insistencia de uno de los representantes legales de los agraviados por la matanza, Breivik rechazó asumir la culpa. "No es posible, me derrumbaría mentalmente, tendría que eliminar los escudos mentales que tengo", señaló.
Breivik aseguró que desde hace seis años usa una forma de meditación japonesa para anular las emociones y se comparó con un soldado "banzai" nipón en una acción suicida.
EFE