Para empezar refrescando el paladar la primera opción era: Tiradito apaltado de lenguado, conchas, langostino y emulsión de leche de tigre , las alternativas eran: (Estival, Vicentin Blanc de Noir, Alma Negar Espumante, Alma Negra Vioger.
No pudo estar mejor la cena maridaje 3 x 3 organizada por Romovi Wines (importadora de vinos de Argentina, Chile y Uruguay) de Roberto Montenegro en el restaurante El Mercado de Rafael Osterling. El Festival del Maridaje se replicará en los próximos días en las ciudades bolivianas de La Paz y Santa Cruz.
Los sommeliers peruanos: Marco Carollo, Juan Pablo Figueroa, Juver Aliga, Renato Piaggio, encabezados por Maria Claudia Eraso, se esmeraron en la asesoría y el servicio en el momento de recomendar durante la cena de cinco tiempos cada una de las opciones a elegir de los cuatro vinos distintos propuestos. El sommelier podía sugerir, pero el comensal tenía el “libre albedrío” de elegir su mejor opción.
Para empezar refrescando el paladar la primera opción era: Tiradito apaltado de lenguado, conchas, langostino y emulsión de leche de tigre , las alternativas eran: (Estival, Vicentin Blanc de Noir, Alma Negar Espumante, Alma Negra Vioger). El tiradito estaba fresco y de seguro Osterling no usó en esta ocasión el limón con marcada acidez de Chulucanas, sino otro más ligero, el matrimonio de este plato a elección de este humilde servidor fue Alma Negra Viogner.
Mero asado y fabada asturiana, “cocido”, es decir frejol con embutidos, en este caso chorizo, todo muy bien balanceado, aquí no se asomaba el pellejo de lonja de cancho que utilizan las cocineras chinchanas para darle fuerza al platillo. Destacar también la frescura del pescado de peña y su piel crocante.En esta alternativa optamos por Sepia Pinot Noir (Valle de Casablanca-Chile), los embutidos calzaban muy bien con el vino que armonizaba con la fruta y con los aportes propios de la barrica.
Camarón, ravioles, huevo y jugo de chupe, nada parecido al chupe de una picantería arequipeña, un platillo que viste de frac la gastronomía arequipeña. El concentrado de chupe no era nada marcado. La elegancia del Sepia Carmenere con el toque de casis y roble, balancearon muy bien los sabores del crustáceo.
Ojo de Bife, jus roti, queso taleggio, pure de durazno y terrina. La carne cocida en su punto, amalgaba con una reducción de vino con toques dulces. Me animé a elegir un tinto con paso en barrica. El engreído fue Alma Negra Tinto.
La tarta de chocolate bitter con helado de ron Zacapa y una pequeña muestra de reducción de tabaco, fue más que estupendo para terminar la noche. La unstuosidad del cacao y el ron, con notas a caramelo y miel fueron la pareja perfecta.
Hacemos votos porque se repita la experiencia de sensaciones de alto nivel.
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