El pedido fue a través de una carta firmada por activistas, artistas y académicos como Naomi Klein y John Pilger.
Intelectuales, activistas y artistas, entre ellos el destacado filósofo y lingüista estadounidense Noam Chomsky, solicitaron al presidente de Ecuador, Rafael Correa, que le otorgue asilo político a Edward Snowden, exagente de la CIA.
“Las revelaciones de Snowden ya hicieron mucho por desenmascarar el alarmante nivel en el cual el gobierno estadunidense espía a sus propios ciudadanos y a la gente en todo el mundo”, comienza la carta también firmada por Daniel Ellsberg, John Cusack, Naomi Klein, Danny Glover y John Pilger.
“En vez de enfocarse en el peligro a la libertad y a la privacidad de los ciudadanos que estas revelaciones saca a la luz pública, y en las reformas que serían necesarias para proteger los derechos de los ciudadanos, la administración de Obama, el Congreso estadunidense y muchos de los medios de nuevo enfocan su ira sobre el mensajero, el valiente filtrador que, corriendo un gran riesgo personal, decidió dar un paso al frente e informar al público estadunidense acerca de lo que se hace en su nombre y lo que se les hace a ellos”, se lee en la misiva.
Chomsky recuerda a los famosos predecesores de Snowden, como el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, o Bradley Maninng, acusado de proveer miles de archivos del Departamento de Estado a WikiLeaks, o Thomas Drake, quien reveló las prácticas de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. antes de Snowden, en 2008.
“No hay evidencia alguna de que sus revelaciones tienen de alguna manera amenazando la seguridad nacional de Estados Unidos o se ha tenido la intención de hacerlo. Sin embargo, en lugar de perseguir las reformas que protejan los derechos de las personas en los Estados Unidos y alrededor del mundo, el gobierno de Obama de nuevo busca silenciar a los que han llevado a estos abusos a la luz. Se trata de acciones de represión política, y tendrían razón para conceder asilo político a Snowden”, conluyen los firmantes.
Snowden reveló el pasado 9 de junio al diario británico The Guardian y al estadounidense The Washington Post que la NSA y el FBI tienen acceso a millones de registros telefónicos amparados en la Ley Patriota, aprobada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU.
Posteriormente, esos diarios revelaron un programa secreto conocido como PRISM que permite a la NSA ingresar directamente en los servidores de nueve de las mayores empresas de internet estadounidenses, como Google, Facebook, Microsoft o Apple, para espiar contactos en el extranjero de sospechosos de terrorismo.
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