Más de dos mil mujeres han logrado superar sus barreras culturales y hoy en día son el principal soporte económico de su hogar gracias a la exportación de sus productos.
Cerca de mil mujeres tejedoras rurales pertenecientes a ocho provincias han mejorado su calidad de vida con un proyecto económico impulsado por el movimiento Manuela Ramos, que les permite producir y exportar muñecos y accesorios en fibra de alpaca y algodón orgánico.
Vanessa Laura, responsable de comunicaciones de la Casa de la Mujer Artesana, informó que en Puno trabajan con alrededor de dos mil mujeres desde hace cinco años, a quienes esta intervención les ha cambiado la vida.
“Antes ellas tenían miedo de asistir a cualquier espacio de capacitación, por un lado por su misma cultura, porque sus parejas se lo impedían, por su dependencia con la agricultura y por ubicarse en zonas alejadas, sin embargo han logrado vencer todas estas barreras y hoy en día están bastante empoderadas, han logrado un crecimiento personal y aportar económicamente a su hogar” refirió Laura.
Recientemente cuatro de estas tejedoras han participado de una pasantía comercial de 10 días en Madrid, España, gracias a un convenio con el Instituto Europeo de la moda.
Durante la pasantía, las artesanas han tenido la oportunidad de explicar el ciclo integral del tejido, desde la crianza de las alpacas, pasando por el hilado y teñido natural, hasta el resultado final convertido en jersey.
Las cuatro artesanas líderes fueron elegidas de entre las mil artesanas que participan del proyecto acceso y mejora de ingresos económicos de mujeres quechuas y aimaras en puno, que es financiado por la unión europea y ejecutado desde hace dos años por el movimiento Manuela Ramos y Economistas sin Fronteras (España).
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