La pobreza creciente, desigualdad, segregación y la presión policial sobre la comunidad afroamericana son los ingredientes principales de la tensión racial latente en Estados Unidos.
Pobreza, segregación y más presión policial sobre la comunidad afroamericana son los ingredientes principales de la tensión racial latente en Estados Unidos, que corre el riesgo de activarse de forma violenta con casos como la muerte del joven Michael Brown.
"Lo que vemos en Ferguson es el resultado de la frustración de la comunidad negra, que se siente desamparada ante la justicia", explicó Seema Sadanandan, directora en el Distrito de Columbia de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés).
Sadanandan tildó de "extremadamente rara" la decisión del gran jurado de dejar sin juicio al policía blanco Darren Wilson, que el 9 de agosto mató al joven cuando iba desarmado, y cuya exoneración ha causado graves disturbios en Ferguson, una población aledaña a San Luis (Misuri).
En este sentido, Sadanandan dijo creer que más que por la muerte de Brown, la comunidad afroamericana protesta por lo que significa: "La reproducción sistemática de un patrón de violencia por parte de la Policía que actúa mayoritariamente sobre la comunidad negra".
Las protestan también van contra "la reproducción de las injusticias de un sistema judicial que no exige responsabilidades a los oficiales de policía" y que, cuando se trata de la población afroamericana, están "envueltos en una burbuja de impunidad".
Datos del Departamento de Justicia muestran que uno de cada tres afroamericanos pasará en algún momento de su vida por la cárcel, destacó Vanesa Cárdenas, vicepresidenta del Proyecto 2050, que estudia los cambios demográficos y raciales en el país.
Además, según la experta, el sistema de justicia reserva castigos más duros por los mismos crímenes a los afroamericanos que a los blancos.
Por ejemplo, en el Distrito de Columbia, donde el 50 por ciento de la comunidad es negra, más de 45.000 afroamericanos son arrestados cada año y más de un 96 por ciento de estos arrestos son por crímenes no violentos.
Es el caso también de Ferguson, la población afroamericana además de persecución policial sufre pobreza, segregación y una de las tasas de desempleo más altas del estado, según datos la Oficina del Censo de Estados Unidos.
POBREZA CRECIENTE
Las cifras revelan que Ferguson ha sufrido una transformación espectacular, pues los blancos que en 1980 formaban el 85 por ciento de sus vecinos han sido sustituidos por la comunidad afroamericana, que constituía el 67 por ciento de la población entre 2008 y 2012.
El fenómeno de la gentrificación, que empuja a las personas de color y más pobres fuera de las ciudades y las desplaza al extrarradio, es una de las causas de la tensión racial, pero no la única, según Sadanandan.
De hecho, las tensiones raciales en Ferguson están enraizadas en unos índices de pobreza crecientes, con un desempleo del 13 por ciento (el doble de la media nacional), que incide especialmente en la población negra, unos 14.000 habitantes.
Según datos del censo, en 2012 uno de cuatro residentes vivía por debajo del índice de pobreza de 23.850 dólares anuales para una familia de cuatro miembros, y de ellos un 44 por ciento debía sobrevivir con la mitad de esos ingresos.
Las desigualdades no han parado de crecer, pues el número de personas por debajo de esta línea de miseria pasó de entre el 4 por ciento y el 16 por ciento en 2000, al 20 por ciento entre 2008 y 2012.
Un informe de Brookings Institution explica que este tipo de concentración de la pobreza, como la que se produce en el sureste de Ferguson, se está volviendo común en otras zonas suburbanas de Estados Unidos.
De acuerdo con sus datos, en las cien zonas urbanas más grandes del país, las localidades suburbanas con más de un 20 por ciento de su población viviendo por debajo del umbral de la pobreza, se ha duplicado entre 2000 y 2012.
De esta forma, en San Luis y en las zonas suburbanas del norte, como Ferguson, se concentran la pobreza y la población afroamericana frente a los suburbios del sur y del oeste, donde vive una clase media o alta, mayoritariamente blanca.
El resultado es la segregación territorial y una desigual representación también dentro de las instituciones, según los expertos.
Cuando se produjo la muerte de Brown, solo tres de los 53 agentes de Ferguson eran negros en una localidad en la que dos tercios de los 21.000 habitantes son afroamericanos, una desproporción que se repite en otras ciudades de la nación.
El informe de Brookings Institution hace hincapié en que los cambios demográficos de estas zonas suburbanas no se ven acompañados por una mejora de los recursos y se mantiene una administración deficiente en el cuerpo policial, los organismos sanitarios o los centros de enseñanza.
EFE
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