Los alimentos con alto contenido de hidratos de carbono son la principal fuente de energía, por tanto, no podemos descuidarlos.
En el caso de los niños, es importante incluir en su dieta este tipo de alimentos, pero debemos saber diferenciarlos para que logren un desarrollo óptimo y saludable.
Primero debemos saber que existen dos tipos de carbohidratos, los simples y los complejos.
Entre los primeros figuran la fructuosa, la glucosa y la lactosa. Entre los segundos se encuentran alimentos como verduras ricas en almidón y granos, arroz, panes y cereales.
Pero de seguro se preguntará ¿Cuál es la diferencia entre ambos?
Los carbohidratos simples se descomponen con mayor facilidad, haciendo que los niveles de azúcar en sangre aumenten rápidamente, mientras que los carbohidratos complejos tienen una descomposición más lenta, lo que permite que el azúcar en la sangre aumente de manera gradual. Estos alimentos los podemos encontrar en los cereales, arroz y panes integrales, fruta, verduras y lácteos de bajo contenido graso.
Es importante tomar en cuenta que una dieta sana y equilibrada para los niños debe incluir entre un 50% y un 60% de calorías provenientes de carbohidratos. Es fundamental que los mismos además los obtengan de fuentes saludables para evitar el sobrepeso entre los pequeños.
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