Un estudio confirma el efecto de las emociones positivas en niños enfermos y cómo el concederles sus deseos los hace mejorar.
El estado emocional y físico de un niño enfermo crónico o con mal pronóstico mejora gracias a sus deseos cumplidos, favoreciendo además la aparición de emociones positivas en los padres. Así lo asegura la investigación, realizada en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
Sobre el estudio:
• El estudio tenía como objetivo alejar a estos niños de la tensión emocional que viven diariamente por la enfermedad y los tratamientos y proporcionar un estímulo que les animase a seguir luchando
• Los expertos querían conocer la eficacia que tiene cumplir el principal deseo de un niño a la hora de generar cambios en su bienestar psicológico y en el de su entorno familiar
• El 72% de los niños del estudio (entre cinco y 18 años) tenía cáncer y el 13% necesitaba trasplante
• Los principales deseos en los que este equipo de investigadores se centró para llevar a cabo el estudio fueron el deseo de tener algo material, el de visitar algún sitio o país, y el de conocer a un personaje famoso
• Comer con un famoso, ser policía por un día, nadar con delfines, tirarse en paracaídas, ir a la peluquería o a un hotel con todo incluido fueron algunos de los deseos cumplidos.
El efecto positivo de los deseos cumplidos:
Después de hacerse realidad esos deseos, incluso siete meses después se comprobó que se habían potenciado las emociones optimistas y desarrollado las fortalezas emocionales y físicas.
Mayor bienestar, confianza, esperanza, calma y por el contrario menos fatiga, hostilidad y soledad.
El I Estudio sobre el efecto de las emociones positivas en niños enfermos ha sido promovido por la Fundación Pequeño Deseo con el apoyo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, de un equipo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid y financiado por la Fundación Lafourcade Ponce para el bienestar psicológico.
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