En esta oportunidad la Dra. González complementa su primera entrega, al explicar como el cerebro reptiliano lleva al ser humano a comportarse como un animal salvaje.
Habíamos dicho en la nota anterior que el reptil es la especie animal con menor desarrollo del cerebro. Que está diseñado para huir, pelear y supervivir, con poco o ningún proceso sentimental.
Es así que, las conductas de las personas calificadas como de psicópatas (carecen de sentimientos de culpa) y de paranoicos se ajustan a este patrón de conducta. En la psicopatía se juega el papel de depredador y en la paranoia el de presa.
Es en este primer cerebro donde las adicciones son muy poderosas, tanto a algo como a alguien o a una forma de actuar. Por decirlo de alguna forma, es este primer cerebro una herencia de los períodos cavernarios, donde la supervivencia era lo esencial.
El cerebro reptil sustenta una parte de la mente inconsciente, o subconsciente, donde se graba, se aloja y se desarrolla el Trauma Psicológico, aquello que determina la mayoría de miedos y fobias que conforman la mente reactiva, la cual, en algunas ocasiones, lleva al ser humano a comportarse como un animal salvaje.
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