El papa Francisco denunció la globalización de la indiferencia, haciendo que los hombres no se sientan responsables de las muertes.





La isla Lampedusa es el destino de miles de africanos donde recientemente fue el punto de partida de los siete norafricanos que salieron en busca de un futuro mejor hacia Europa. Sin embargo, nunca llegaron a su destino.
Cuando el papa Francisco se enteró de la noticia, decidió viajar hacia la isla para realizar una misa, creando conciencia de lo ocurrido a los habitantes.
"¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas? Nadie. Todos nosotros respondemos: no he sido yo, yo no tengo nada que ver, serán otros, no yo", indicó el papa Francisco.
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