En Emilio Moro, 100 % tinto fino, cosecha 2006, se puede apreciar la sedosidad del tanino tras su paso por 12 meses en barrica.
Ribera del Duero en España, es una región vitinivicola de renombre, precisamente de este lugar del mundo proviene “Emilio Moro”, un vino con cualidades esplendidas y que calza muy bien con la gastronomía peruana.
Alicia Merino, Export Manager de la Bodega Emilio Moro para América y África, explicó en el programa La Divina Comida de RPP, la tradición vitinivicola de esta bodega-tercera generación de viticultores-cuyos orígenes se remontan a principios de 1,900.
En Emilio Moro, 100 % tinto fino, cosecha 2006, se puede apreciar la sedosidad del tanino tras su paso por 12 meses en barrica. Hay notas de cereza y frutas maduras, tendencia por la que se inclina la bodega en su búsqueda por vinos más frutados.
En una cena ofrecida en el restaurante Perroquet del Country Club, Emilio Moro fue acompañado con un plato de chuleta de cordero y camote ligeramente dulce. La combinación casi celestial, se asemejó a una celebración matrimonial.
Hace un poco más de un año, Emilio Moro -(S/100.00) en Lima-junto a Finca Resalso, se encuentran en el Perú, representado por Panuts con notable aceptación, explicó la representante de la empresa importadora, Caterina Capurro.
En 1998, Emilio Moro decide suprimir la catalogación de “crianza, reserva y gran reserva”, dándole a sus vinos la posibilidad de presentarse con nombre propio y mostrar una identidad única.
“Las claves son la melosidad y la estructura. Un vino debe “besar” la boca y dejar un grato recuerdo…”, afirma José Moro, consejero delegado y miembro de la familia.
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