Para Federico Lombardi, vocero del Vaticano, ´los católicos necesitaban alguien con mayor energía física y espiritual que pudiera enfrentar los problemas y desafíos de gobernar la Iglesia´.
En más de seis siglos ningún papa había renunciado a la Iglesia Católica en su sagrado deber de dirigir el Vaticano. Pero en febrero de este año, Benedicto XVI sorprendió al mundo cuando anunció su declinación.
Ya ha transcurrido casi un año, y Francisco sigue su gobierno al frente de Iglresia, pero nadie ha respondido la siguiente interrogante: ¿por qué renunció Joseph Ratzinger?
La respuesta oficial de Benedicto es que se debió al declive de sus capacidades físicas y mentales, pero ha surgido la sospecha de que había otras razones.
Para el cardenal nigeriano Francis Arinze, una de las principales figuras de la Iglesia e incluso mencionado en marzo como uno de los posibles sucesores, podría ser el tema de los "Vatileaks" que protagonizó el mayordomo del pontífice, Paolo Gabriele, al filtrar documentos confidenciales que exponían las luchas de poder dentro de la Iglesia.
"Es legítimo que cualquiera especule y diga "quizás", porque algunos de esos documentos fueron sacados secretamente. Pudo haber sido una de las razones. Tal vez estaba muy afectado por el hecho de que su propio mayordomo filtrara tantas cartas que un periodista tuvo material suficiente para escribir un libro", dijo Arinze a una entrevista con Mark Dowd de la BBC.
La mala fortuna del cardenal Ratzinger fue acceder al papado en un momento en que existía un vacío de poder, en el que un número de mandos medios de la curia romana tenían mucha influencia en la Iglesia.
La abogada de Benedicto XVI, Cristiana Arru, había manifestado que Ratzinger había visto muchas cosas horribles dentro del Vaticano y que, en determinado momento, "no pudo soportarlo más".
Gabriele fue encontrado culpable de "robo agravado" y pasó tres meses en custodia hasta que fue perdonado por el papa.
Tres cardenales produjeron un informe de 300 páginas. Supuestamente iba a permanecer bajo llave pero un diario italiano tuvo acceso a ello. Más filtraciones embarazosas, esta vez con rumores sobre una red de sacerdotes homosexuales que ejercían "una influencia inapropiada" dentro del Vaticano.
Otro punto fue la ruta del dinero del Vaticano. Los manejos económicos fueron un dolor de cabeza para Benedicto.
¿Todo esto fue demasiado para un anciano pontífice?
El vocero de prensa del pontífice, el padre Federico Lombardi, dijo que "la Iglesia necesitaba alguien con mayor energía física y espiritual que pudiera enfrentar los problemas y desafíos de gobernar la Iglesia".
La Iglesia se había vuelto ingobernable y necesitaba alguien más en el timón para poner fin al deterioro.
Esta es una Iglesia que ahora tiene la enorme oportunidad de seguir adelante y enfrentar los desafíos del siglo XXI.
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