Una comisión de la Universidad de Oslo, en Noruega, recogió pruebas durante dos años para examinar la forma en que la salud humana se ve afectada por el actual sistema.
Un informe publicado en "The Lancet" advierte que las asimetrías de poder, así como la forma poco sistemática de tomar decisiones a nivel mundial desarrollada desde la Segunda Guerra Mundial, están teniendo un efecto desastroso sobre la salud humana.
Una comisión de la Universidad de Oslo, en Noruega, compuesta por 18 líderes en investigación y formulación de políticas de distintos campos, recogió pruebas durante dos años para examinar la forma en que la salud humana se ve afectada por el actual sistema de toma de decisiones a nivel mundial.
A su juicio, un sistema económico mundial fundamentalmente injusto que favorece a una pequeña élite con gran riqueza requiere que los responsables de la salud de la población adopten una agenda mucho más amplia para cambiar esta tendencia.
Esta comisión identifica siete áreas en las injusticias políticas y económicas que afectan especialmente a la salud de la población: la crisis financiera global y las políticas resultantes de la austeridad, el conocimiento y la propiedad intelectual; tratados de inversión, seguridad alimentaria y las empresas transnacionales; la migración y la violencia armada.
Asimismo, apunta que importantes disfunciones en la gobernanza mundial están obstaculizando gravemente las mejoras en los resultados de salud: déficits democráticos, débil rendición de cuentas, procesos de toma de decisiones que no pueden adaptarse a las necesidades cambiantes de las personas, políticas inadecuadas para la salud y la ausencia de instituciones internacionales para proteger y promover la salud.
Según el jefe de la comisión, el profesor Ole Petter Ottersen, de la Universidad de Oslo, se necesita mucha más voluntad política para una reforma sustancial.
"Ha habido grandes avances en la detección de enfermedades y el tratamiento de enfermos en el ámbito de la atención de salud en las últimas dos décadas. Pero sólo una pequeña proporción de la población mundial se ha beneficiado", refiere.
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