Pese a que las últimas armas ya salieron de Siria el pasado mes de junio, la neutralización aún no se ha completado y sigue habiendo dudas sobre si ese país declaró todas sus reservas o no.
Expertos internacionales volverán en septiembre a Siria para abordar las dudas que existen sobre las armas químicas declaradas por el régimen de Bachar al Asad, explicó hoy el embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant.
"Hay muchas cuestiones técnicas que deben tratarse", explicó en declaraciones a los periodistas el diplomático, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad.
Lo hizo después de que el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas analizara este martes, a puerta cerrada, el proceso de destrucción del arsenal químico sirio junto a la coordinadora de la misión conjunta de la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Sigrid Kaag.
Pese a que las últimas armas ya salieron de Siria el pasado mes de junio, la neutralización aún no se ha completado y sigue habiendo dudas sobre si ese país declaró todas sus reservas o no.
Según Lyall Grant, Kaag no entró hoy en detalles sobre esas posibles "discrepancias" entre lo declarado y la realidad, pero el asunto será abordado por los expertos internacionales en septiembre.
Mientras tanto, el proceso de destrucción de las armas continúa y Estados Unidos ya ha tratado alrededor del 60 % de los productos más peligrosos a bordo de un barco especializado, mientras que el Reino Unido está cerca de completar la parte que le fue asignada.
Además, expertos internacionales abordaron hoy en Beirut la destrucción de las 12 plantas de producción de armas químicas en Siria, un proceso que se llevará a cabo durante los próximos seis meses.
Los miembros del Consejo de Seguridad se mostraron de acuerdo en la necesidad de que la misión conjunta ONU-OPAQ se mantenga en activo por ahora, señaló Lyall Grant.
Ese equipo se puso en marcha después de un pacto alcanzado el pasado septiembre entre Estados Unidos y Rusia -luego refrendado por la ONU- para eliminar el arsenal sirio, después de un bombardeo con armas químicas en agosto del que Washington responsabilizó al régimen.
EFE
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