La ministra Diana Álvarez Calderón, informó que solicitó los nombres de los 12 activistas que ingresaron hasta la figura del Colibri, al director de Greenpeace, Kumi Naidoo, pero este no se los proporcionó.
Los activistas de Greenpeace que ingresaron el lunes pasado a las Líneas de Nasca para dar un mensaje sobre el cambio climático abandonaron el país sin que la organización ecologista haya dado sus nombres al Gobierno peruano, señaló este lunes una fuente oficial.
En una rueda de prensa, la ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón, dijo que este lunes se reunió con el director de Greenpeace, Kumi Naidoo, y que éste le presentó sus disculpas por los daños cometidos en la zona declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1994, pero no quiso identificar a los autores.
La ministra dijo que los activistas, sobre los que pesa una denuncia por daño al patrimonio planteada por la Fiscalía, "ya salieron (del país), era lógico, salieron rápidamente".
El argentino Mauro Fernández, uno de los identificados hasta el momento, salió el jueves, antes de que el juzgado hubiera podido emitir una orden de detención preventiva, señaló.
Los integrantes de Greenpeace formaron, el lunes pasado, con letras de color amarillo un mensaje sobre el cambio climático al costado de la figura del Colibrí, uno de los geoglifos más representativos de las líneas de Nasca, que por su tamaño solo se pueden apreciar desde el aire.
Los geoglifos están en un área de 780 kilómetros cuadrados en el desierto de Ica.
La ministra informó de que pidió los nombres de los 12 activistas que estuvieron en las inmediaciones de la figura del Colibrí, pero Naidoo no se los proporcionó.
"Lo que manifiesta es que va a realizar una investigación entre las 27 sedes que tiene Greenpeace en el mundo, que tomará un mes, para conocer quién es el que ha producido esta idea y quiénes la han realizado", declaró Álvarez Calderón.
La ministra indicó que "aparentemente" la organización está ocultando esa información, así como las direcciones de esos activistas.
El director de Greenpeace informó a la ministra de que va a designar a un representante legal para colaborar con las investigaciones en Perú.
Álvarez Calderón confió en que "tendrán que proporcionar la información a través del juzgado" que tiene esta denuncia.
El delito contra el patrimonio cultural en Perú es sancionado con hasta un máximo de ocho años de cárcel.
Un juzgado de Nasca rechazó el viernes pasado el pedido de la fiscalía para detener preventivamente a los activistas e impedir su salida del país, porque no contaban con dirección en Perú.
El viceministro de Patrimonio Cultural, Luis Jaime Castillo, informó en la presentación de que los activistas de Greenpeace "han creado una línea (en la pampa de Nasca) que no existía, con las pisadas de sus zapatos" y que "va a ser difícil revertir los daños para devolverla a su estado original".
"El Colibrí era una de las figuras con menor afectación, porque no ha entrado nadie en esa zona ni se permite el ingreso", manifestó Castillo.
La zona sobre la que están dibujados los geoglifos es "una pampa constituida por tierra arcillosa blanca" y al caminar encima se pueden aplastar las rocas que están en la superficie, exponiendo su matriz blanca, explicó el viceministro.
"La zona está plagada de evidencias, además hay líneas muy difíciles de notar porque esa zona no ha sido íntegramente estudiada" por los arqueólogos, agregó.
Álvarez Calderón viajó el sábado pasado a Nasca para sobrevolar las Líneas y constatar los daños con los especialistas del ministerio, que hicieron uso de drones para grabar toda el área afectada.
"Tienen que cuantificarse los daños y analizar si es posible hacer una reparación, mientras que el juez tendrá que decidir de qué monto estamos hablando" para reparar este patrimonio cultural, puntualizó la ministra.
EFE
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