Es el más reciente esfuerzo por satisfacer el deseo de saborear carne sin sacrificar animales.
Según un estudio, en 3% de los estadounidenses son vegetarianos, pero no necesariamente están buscando el sabor de la carne artificial.
Pagar $330.000 dólares por una hamburguesa puede parecer mucho, pero eso es exactamente lo que unos científicos en los Países Bajos gastaron para probar que es posible hacer hamburguesas a partir de un grupo de células musculares.
En la Universidad de Maastricht, Mark Post y su equipo empezaron con una biopsia del músculo de una vaca y ahora están cultivando tejido de células musculares.
“Nos hemos comprometido a hacer un par de miles de estos pequeños tejidos y así ensamblar una hamburguesa”, dice Post.
Los holandeses son de los grupos más avanzados de todo el mundo que experimentan con la producción de carne, sin sacrificar animales. Post quiere demostrar que el aumento del apetito por carnes puede ser satisfecho de una forma eficiente y benigna con el medio ambiente.
“Es una combinación de dos cosas, el cuidado del medio ambiente y la producción de comida en el mundo. A su vez, es un interés en tecnologías que transforman vidas”, explica el científico.
Post todavía tiene que probar que sus “hamburguesas” pueden tener tan buen precio como su sabor.
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