Los artistas, que no han cobrado nada por este encargo -que consideran un proyecto excepcional-, dedicaron más de un mes a documentarse y a hacer los bocetos a lápiz y acuarela.
Cuando el párroco de Santa Eulàlia de Provençana de L"Hospitalet de Llobregat decidió hace unos meses decorar el ábside del templo, recurrió a Internet, donde se topó con el trabajo de Rudi, un artista urbano cacereño que vive en Alicante y que es experto en murales de grafiti. El mosén no se lo pensó y le encargó las pinturas del altar mayor.
A Rudi, de 38 años, con más de dos décadas de trayectoria en el arte urbano, la llamada del párroco Ramon Mor le dejó perplejo, pero aceptó de inmediato el reto que suponía adaptar las técnicas de su estilo no sólo a la temática religiosa, sino a un espacio tan complicado como el ábside de una iglesia, teniéndose que inspirar además en el románico catalán.
Rudi, a quien no le gusta el término grafitero para definir sus intervenciones, llamó a su amigo House, un artista madrileño también acostumbrado a trabajar en la calle, para acometer a cuatro manos este encargo, que debía incluir las imágenes de la Virgen y el Niño, la patrona Santa Eulàlia y la de una familia que simbolizara a los fieles de este barrio obrero de L"Hospitalet.
El objetivo de Ramon Mor, que lleva menos de un año al frente de la parroquia, era decorar el ábside del altar mayor de esta iglesia construida en 1957, que le resultaba "solemne pero muy vacío", y a la vez lanzar un mensaje de optimismo y solidaridad hacia los fieles en un momento de crisis.
Lo primero que hizo el párroco fue proponer a Rudi que visitara el MNAC para inspirarse en las piezas del románico catalán -de hecho Santa Eulàlia de Provençana se encuentra junto a una ermita del siglo XII-, porque creía que ese estilo austero y a la vez de colores vivos era el más adecuado para el templo.
Los creadores reconocen que lo más complicado fue cómo acercarse al románico.
EFE
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