A las 6:45 a.m. del jueves 23 de enero, un camión cisterna que transportaba 2500 litros de gas licuado de petróleo (GLP) pasó por un desnivel situado en el cruce de las avenidas Mariano Pastor Sevilla con Villa del Mar, en el distrito de Villa el Salvador. Luego de esto, se produjo una fuga del GLP, que devino en una deflagración que se extendió por una cuadra. La tragedia ha causado, hasta el momento, ocho víctimas mortales, 48 heridos y 20 casas afectadas (cuatro de ellas ya han sido declaradas inhabitables por Cofopri).
¿Por qué ocurrió la tragedia? Fernando Jiménez, ingeniero mecánico y docente en el Departamento de Ingeniería de la PUCP, estuvo con RPP en el cruce de estas avenidas, y pudo observar las irregularidades en el desnivel que se encuentra en la pista. “Esto no es considerado como un rompe muelles o reductor de velocidad, sino la continuación de la vía”, comentó.
El desnivel, además, no cumple con la regulación correspondiente. Según los cálculos de los peritos de la policía, el mismo tenía una pendiente de 28%. “El reglamento manda 12.5% como máximo cuando hablamos de vías urbanas”, señala Jiménez, y afirma que se trata de una construcción deficiente, que tuvo como consecuencia el impacto de la parte inferior del camión cisterna.
Este no es el único desnivel que presenta la avenida Pastor Sevilla, que forma parte del sistema vial metropolitano (SMV). La gestión del SMV es potestad de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Son ellos los encargados de formular y hacer el mantenimiento correspondiente de esta obra de infraestructura vial.
En 2017, la comuna limeña mencionó una mejora de pistas y veredas en Villa el Salvador. Una de las obras fue la rehabilitación de entorno urbano de la avenida Pastor Sevilla, donde se iniciaron trabajos de pavimentación por casi seis millones de soles. Sin embargo, pese a estos trabajos de mantenimiento, la construcción final presentó las deficiencias ya señaladas.
La situación del vehículo.
Otra negligencia ha sido el estado del camión cisterna. “El impacto no debió tener mayor efecto si es que el vehículo hubiera estado correctamente construido”, dice Jiménez. El ingeniero sostiene también que, si hubieran estado en regla todos los dispositivos del vehículo – y con una revisión técnica adecuada – el impacto no hubiera pasado de un raspón.
El chofer del camión, Luis Palomino Guzmán, tiene más de 80 papeletas en su haber, cinco de ellas por trasladar materiales de manera insegura. Estos antecedentes no fueron un condicionante para que la empresa Transgas LG E.I.R.L. le otorgue la responsabilidad de conducir un camión repleto de GLP por vías urbanas.
Además, el ingeniero Jiménez asegura que el conductor siempre debe estar acompañado por un ayudante y contar con un plan de contingencia cuando ocurren estos eventos. “La empresa debió capacitar. Una vez que se produce el escape de gas, es muy poco lo que se puede hacer”, señala.
“Lo que nosotros reclamamos es que revisen las zonas de las pistas que estén en mal estado, esto ha generado la ruptura del camión de gas”, señala Prudencio Pumatay Castillo, vecino de la zona. Como él, son más de cien los afectados por una negligencia con varios puntos prevenibles, que con una gestión adecuada pudo haberse evitado.
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