El Gobierno indio declaró el toque de queda en las zonas donde se produjeron los ataques y anunció el envío de tropas tras la matanza.
Al menos 68 personas murieron en el estado de Assam, en el noreste de la India, 65 de ellas en ataques a zonas tribales atribuidos a rebeldes bodo y tres por los disparos de la Policía a manifestantes, informaron hoy medios locales.
La Policía abrió fuego durante una manifestación en Dhekiajuli, en la que cientos de personas, la mayoría de grupos tribales, protestaban por los ataques rebeldes del martes, según la agencia IANS.
El jefe de Gobierno de Assam, Tarun Gogoi, declaró que 37 miembros de esos grupos tribales fueron asesinados en el distrito de Sonitpur, 25 en Kokrajhar y tres en Chirang. Entre las víctimas hay 18 niños y 21 mujeres.
El Gobierno indio declaró el toque de queda en las zonas donde se produjeron los ataques y anunció el envío de tropas tras la matanza, atribuida a la facción Songbijit del Frente Nacional Democrático de Bodoland (NDFB) contraria a las conversaciones de paz.
El Centro Asiático para los Derechos Humanos denunció en un comunicado las muertes de civiles y las calificó de crímenes contra la Humanidad, ya que los separatistas dispararon de forma indiscriminada contra la población.
El primer ministro indio, Narendra Modi, condenó a través de la red social Twitter los ataques.
"Asesinar gente inocente en Sonitpur y Kokrajhar es un acto de cobardía. Nuestros pensamientos y plegarias están con las familias de los fallecidos", dijo.
La Policía atribuyó estos ataques coordinados de los rebeldes ayer por la tarde local a una represalia por la muerte de varios miembros del NDFB por los cuerpos de seguridad en las últimas semanas.
En mayo, 31 personas fallecieron en enfrentamientos étnicos en Assam de los que las autoridades acusaron a rebeldes bodo, que supuestamente tirotearon de manera indiscriminada a miembros de la comunidad musulmana.
Habitantes originales del área, los bodos acusan a los musulmanes llegados en las últimas décadas desde la vecina Bangladesh de ocupar sus tierras y puestos de trabajo.
Activistas de ambas comunidades ya protagonizaron en 2012 violentos choques armados que causaron al menos un centenar de víctimas mortales, la destrucción de cientos de aldeas y el éxodo de decenas de miles de personas.
EFE
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