Julio Kuroiwa recordó que ciudades como Los Ángeles (EE.UU.) y Kobe (Japón) sufrieron serios desabastecimientos de agua tras sismos y que eso se podría repetir en Lima en mayor magnitud.
El sismólogo Julio Kuroiwa, advirtió que uno de los efectos más graves de un sismo de gran intensidad en Lima sería el colapso de las redes de agua potable y en consecuencia el desabastecimiento de este recurso llegaría a niveles críticos.
Indicó que las ciudades del país no están preparadas para hacer frente a una emergencia de este tipo y que incluso ciudades como Los Ángeles (EE.UU.) y Kobe (Japón) donde se registraron terremotos en 1994 y 1995 respectivamente, tuvieron graves problemas de abastecimiento de agua pese a su buena infraestructura de servicios.
Recordó que en el caso de Los Ángeles, sus habitantes se quedaron sin agua entre 8 a 10 días y estimó que en el caso de Lima el problema podría prolongarse por semanas.
Kuroiwa hizo un llamado a las empresas públicas y privadas del agua potable y la energía eléctrica a tener planes de contingencia que le permitan recuperar o rehabilitar de manera oportuna sus servicios.
No obstante, dijo que no todo el panorama es negativo. Indicó que en una reciente inspección a las redes de agua en Lima Norte se comprobó que durante el verano, cuando se usan las aguas superficiales del rio chillón para el abastecimiento, el líquido almacenado en los pozos subterraneos de Sedapal quedan como reserva, la que podría ser usadas en caso de emergencia.
Por su parte, Carlos Campillo Velásquez, representante de una empresa fabricante de tuberías de PVC, indicó que existe tecnología resistente al colapso por sismos.
A diferencia de las tuberías hechas a base de cemento y hierro, nuevos procesos aplicados al PVC permiten resistir los movimientos sísmicos y la presión que resulte de los destrozos del fenómeno.
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