Muchos autores definen dependencia emocional como "una NECESIDAD afectiva fuerte que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja".
La diferencia entre una "dependencia normal" en una relación de pareja y una "dependencia patológica" está más relacionada en una cuestión de cantidad que de calidad, es decir, por ejemplo: a todos nos gusta estar con nuestra pareja pero el dependiente necesita estar constantemente con su pareja.
Cuando somos niños, creamos un vínculo afectivo de dependencia emocional con las personas más cercanas, generalmente nuestros padres, o personas que vivan en la misma casa como los abuelos, la nana o algún familiar encargado, en la adolescencia creamos esos vínculos con amigos y estos vínculos nos ayudan a aprender y a crecer personalmente, y en la edad adulta, además creamos un vínculo especial con nuestra pareja. El problema aparece cuando este vínculo se convierte en dependencia y nos impide desarrollarnos en la vida como seres independientes y libres; cuando esa dependencia nos lleva a quedarnos en segundo plano en nuestra propia vida, dando más importancia a las necesidades, derechos y comportamientos de otra persona, que a los nuestros.
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