Con la participación de más de 1 500 marcas de todo el mundo, el salón Prêt à Porter Paris es una de las mayores citas mundiales de la moda.
La moda peruana volvió a lucirse, como lo viene haciendo desde hace tres años de la mano de seis de sus creadores, en el Salón Prêt à Porter Paris, que abrió sus puertas este viernes para presentar las tendencias para la temporada otoño-invierno 2009-2010.
El tema 'Alpaca del Perú, suavidad de los Andes', fue el eje de las colecciones, de propuestas muy diversas: desde la nueva sobriedad de líneas de José Miguel Valdivia, hasta los preciosos bordados y estampados de Claudia Bertolero, pasando por la delicada levedad de los minivestidos de Jenny Duarte, que participa por primera vez en este salón pero cuyo trabajo había podido ser apreciado ya el año pasado en el Ethical Fashion Show de París.
Otros dos diseñadores muestran por vez primera sus colecciones en Prêt à Porter Paris: Meche Duarte, de quien fueron apreciados los abrigos de grandes cuellos vueltos y los vestidos de tejido grueso sujetados con amplísimos cinturones plateados, y Amaro Casanova, con una colección muy joven de minivestidos y chaquetitas, y un largo vestido-abrigo de mangas ensanchadas, larga cola y escote vertiginoso.
Fátima Arrieta abrió el desfile con una serie de graciosos vestidos, uno rojo de escote calado de adornos de flores y otro en el que franjas sucesivas forman un degradado de colores del negro al gris claro.
José Miguel Valdivia causó sorpresa con una sobria colección en la que reina el negro. Faldas cortas y largas combinadas con tops cuyos únicos adornos están en la textura del tejido (formando cuadros o franjas) y en leves volantes.
La línea es simple, ajustada al cuerpo, al que se amolda sin aprisionarlo. Los colores vivos que predominaban en sus anteriores colecciones aparecen sólo en los echarpes de colores vivos, rosa, violeta o amarillo, o en una faldita corta de piel de alpaca.
Por su parte, Claudia Bertolero buscó inspiración en la 'minería peruana' y basó su colección en 'el oro, la plata y el cobre', con una preocupación permanente por la 'innovación' en el tratamiento de las materias, dijo la diseñadora.
Sus modelos, elegantes vestidos y trajes sastres de chaqueta corta, se adornan con accesorios hechos en croché de cobre. Las prendas adquieren el volumen de un brocado a través de un trabajo minucioso de aplicación de cintas diminutas, dibujos de metal rebordado, o un estampado de aspecto metálico que Bertolero logra "con aplicaciones de fuego" sobre la alpaca. Los vestidos y trajes se adornan a veces con bordados a la francesa. En la paleta predomina el negro pero hay también pinceladas de amarillo mostaza y azul acero.
-AFP
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