Madre e hija deben llegar a una etapa de comunicación para así lograr que problemas menores no se conviertan en rencores para toda la vida.
Es conocido el dicho que no pueden haber dos reinas en casa, pero ¿A qué se refiere en realidad? Madre e hija compiten no solo por el cariño del esposo y padre, sino también por pequeñas discusiones y cambios de opinión que pueden desencadenar en algo mucho más fuerte.
Hoy hablaremos acerca de la rivalidad entre madre e hija. Este sentimiento encontrado y desacuerdo que se vivirá en los hogares donde existan dos mujeres, sobre todo cuando la hija vaya creciendo y queriendo poco a poco su espacio y sus cosas, un lugar donde ella pueda mandar y ordenar las cosas a su manera; pero esto es difícil que ocurra cuando este lugar ya ha sido predominado por la madre.
En estos casos lo mejor es la comunicación, saber que tanto madre como hija necesitan espacios propios y no tienen por qué competir entre sí aunque su instinto en ocasiones las obligue a hacerlo.
Cada persona tiene un carácter distinto pero está en cada uno saber y poder manejarlo para que en el futuro no se formen rencores y mucho menos las historia se vaya repitiendo de generación en generación causando un círculo vicioso.
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