Adoptar hábitos sostenibles es la clave para cuidar el peso y la salud familiar. Esto implica mantener una alimentación variada y balanceada.
En redes sociales, abundan dietas que prometen resultados rápidos y transformaciones “milagrosas”. Sin embargo, detrás de estos regímenes, se esconde un riesgo que no solo amenaza a quien los sigue, sino también a toda la familia, que puede verse influenciada por esos hábitos.
Según la licenciada Karen Velásquez, coordinadora del Servicio de Nutrición de la Clínica Ricardo Palma, los planes alimenticios que circulan en internet suelen carecer de sustento científico y promueven prácticas que pueden ocasionar desequilibrios nutricionales, efecto rebote y trastornos alimenticios.
“Cada persona es única, con necesidades y preferencias distintas. Lo que funciona para una puede no ser adecuado para otra”, advierte la especialista, quien recuerda que los padres cumplen un rol clave al inculcar desde la infancia una alimentación equilibrada y la práctica regular de actividad física.
Riesgos físicos y emocionales
La mayoría de estas dietas virales son restrictivas: eliminan grupos de alimentos o reducen drásticamente las calorías con el objetivo de perder peso rápido. Esto puede causar pérdida de masa muscular, daños a órganos y alteraciones metabólicas. A nivel emocional, también generan ansiedad, frustración y baja autoestima, e incluso pueden derivar en trastornos como anorexia o bulimia.
Velásquez advierte que una dieta es potencialmente peligrosa cuando promete resultados inmediatos -por ejemplo, bajar hasta cinco kilos en una semana-, prohíbe de forma extrema ciertos nutrientes o basa su credibilidad en testimonios sin evidencia científica.
Adoptar hábitos sostenibles es la clave para cuidar el peso y la salud familiar. Esto implica mantener una alimentación variada y balanceada, rica en frutas, verduras, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables; respetar horarios regulares, no saltarse comidas y escuchar las señales del cuerpo.
La nutricionista recomienda además buscar orientación profesional antes de iniciar cualquier cambio en la dieta. De este modo, los padres pueden transmitir a sus hijos un mensaje positivo: comer bien no se trata de restringir, sino de nutrir.