Diana Pacheco, psicóloga y coordinadora de GABA (Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia), habló sobre la terrible situación que vive el país en cuanto a la anorexia y la bulimia. A su vez, destacó la importancia de la comprensión y el tratamiento adecuado.
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La triste realidad de la anorexia y la bulimia en el Perú en la actualidad
Actualmente, el país está experimentando un preocupante aumento en los casos de trastornos alimentarios. Diana Pacheco, psicóloga y coordinadora del Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia (GABA), expresó su inquietud ante esta alarmante situación, destacando el crecimiento significativo de los casos de bulimia y anorexia.
"Años atrás, uno podría esperar en el margen de los 13, 14 o 15 años, que inicien los síntomas de los trastornos alimentarios. En la actualidad, atendemos pacientes de 9, 10, 11 años", lamenta Pacheco, resaltando la urgencia de una mayor vigilancia y educación sobre los trastornos alimentarios desde una edad temprana.
“Es más, años atrás uno de los datos importantes era si la niña había empezado con anorexia, podía perder la menstruación, porque era producto de la desnutrición la baja de su peso. Hoy en día se conoce que las chicas incluso ni si quiera empezaron la primera menstruación y ya empezaron un cuadro de anorexia”, agregó.
Estos alarmantes datos se reflejan en las estadísticas proporcionadas por el Grupo de Autoayuda en Bulimia y Anorexia (GABA), que revelan que aproximadamente el 10% de los adolescentes padecen anorexia y bulimia, una cifra preocupante que subraya la magnitud del problema en nuestra sociedad.
¿En qué se diferencia la anorexia de la bulimia?
La anorexia y bulimia son dos problemas que tienen algunas personas con la comida, pero son diferentes.
- Anorexia: Es un trastorno caracterizado por un intenso miedo a ganar peso, lo que lleva a la persona a restringir drásticamente su ingesta de alimentos, incluso cuando tiene hambre. "En el caso de la anorexia, la persona se obsesiona de tal manera con adelgazar que puede dejar de comer, aumentar la actividad física, o incluso recurrir a vómitos, laxantes, diuréticos o enemas", explica Pacheco.
- Bulimia: En contraste, la bulimia se manifiesta como un interés por perder peso, pero con episodios de ingesta compulsiva. La persona con bulimia consume grandes cantidades de comida de una sola vez y luego intenta eliminarla a través de vómitos, laxantes, diuréticos o enemas. "La persona con bulimia come mucho de repente y luego intenta eliminar toda la comida", añade la experta.
Pacheco resalta que los factores que pueden desencadenar estos trastornos alimentarios incluyen aspectos genéticos; sin embargo, el 60% de estos casos están relacionados con la presión sociocultural, ya que nuestra sociedad impone la delgadez como el físico ideal.
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¿Cuáles son las diferencias entre anorexia y bulimia?
Signos de advertencia y necesidad de tratamiento
Reconocer los signos de advertencia es crucial para intervenir a tiempo. Según Diana Pacheco, estos son algunos de los principales indicadores:
- Aislamiento social: Las personas tienden a separarse de la familia y amigos por temor a verse expuestas comiendo.
- Cambios emocionales: Irritabilidad y agresividad, especialmente cuando se les presiona a comer algo fuera de lo que consideran aceptable.
- Obsesión por la comida y el peso: Preocupación constante con la dieta, la pérdida de peso y los rituales alimentarios.
- Comportamientos compulsivos: Episodios de atracones seguidos de comportamientos compensatorios como el vómito o el uso de laxantes.
- Perfeccionismo y obsesión: No solo en la alimentación, sino también en áreas como los estudios, el orden y la limpieza.
Los padres y familiares juegan un papel vital en la detección temprana y el inicio del tratamiento, ya que en muchos casos "la paciente por su propia naturaleza del trastorno no va a aceptar la ayuda", afirma la psicóloga.
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Signos y síntomas de alarma de anorexia y bulimia
El camino hacia la recuperación
Diana Pacheco resalta que el tratamiento de los trastornos alimentarios es un proceso complejo que requiere un enfoque multidisciplinario; es decir, un trabajo que involucra a varios especialistas, como psicólogos, psiquiatras y médicos. "Hay que entender que hablar de los trastornos alimentarios es muy similar a tratar un problema de conducta adictiva", afirma.
En el caso de los niños, es crucial que los padres tomen la iniciativa de buscar tratamiento especializado, ya que los pequeños no pueden reconocer la gravedad de su situación. Los padres deben estar atentos a los signos tempranos de estos trastornos y actuar de inmediato para asegurar que sus hijos reciban la ayuda necesaria, incluyendo intervención médica y apoyo emocional y psicológico.
En los adultos, la naturaleza del trastorno alimentario impide que la persona afectada reconozca su problema y acepte ayuda. Las personas cercanas, como familiares y amigos, juegan un papel crucial al decidir iniciar el tratamiento. Es fundamental que el entorno del paciente actúe con firmeza y empatía, guiándolos hacia un tratamiento especializado que aborde tanto los síntomas físicos como los factores psicológicos del trastorno.
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El proceso complejo hacia la recuperación
Trabajando en la recuperación física y emocional
La recuperación de los trastornos alimentarios implica no solo el manejo de los síntomas físicos, sino también un trabajo profundo en la salud emocional y mental del paciente. Según Pacheco, esto incluye abordar la gestión emocional, mejorar la autoestima, desarrollar habilidades sociales, ajustar emocionalmente al paciente, fortalecer la tolerancia a la crítica y manejar la ansiedad.
Es crucial estar atentos a cualquier señal de alerta que pueda manifestar un familiar o amigo, ya que los problemas alimentarios pueden llevar a desnutrición severa e incluso, en casos extremos, poner en riesgo la vida del individuo si no se trata a tiempo.
Además del aspecto físico, los trastornos alimentarios están profundamente arraigados en problemas psicológicos como baja autoestima, miedo a la crítica, aversión al cambio y preocupaciones sobre el futuro. Por lo tanto, la terapia psicológica desempeña un papel crucial en la recuperación, ayudando a los pacientes a superar estos miedos y desafíos emocionales.
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La importancia de un trabajo profundo en la salud emocional y mental
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