El filme indaga en lo que supone envejecer en un mundo cada vez más atento a la belleza y la juventud.
Con un reparto que incluya a Robert de Niro, Morgan Freeman, Michael Douglas y Kevin Kline, cualquier película debe tener el éxito asegurado, pero "Last Vegas", que llega ahora a las pantallas, no saca partido a semejante montaña de talento.
Cuatro amigos de la infancia, ya a punto de cumplir los setenta, se juntan en Las Vegas para una última gran juerga juntos con motivo de la despedida de soltero de uno de ellos, en un cinta que busca analizar en clave de comedia el envejecimiento en nuestra sociedad.
Con esta premisa, no hay duda de que se disfrutará de buenos momentos gracias a cuatro de los actores veteranos de más calidad y más respetados de Hollywood, que totalizan solo entre ellos cinco Oscar y nueve nominaciones.
Pero la evolución de la historia pierde fuelle tras el primer tercio y acaba resultando banal y predecible. Con un director, Jon Turteltaub, de currículo bastante discreto, este elenco estelar es prácticamente lo único que tira el proyecto.
El filme indaga en lo que supone envejecer en un mundo cada vez más atento a la belleza y la juventud, pero también en otros temas universales, como el valor de la amistad durante toda la vida o la capacidad de perdón del ser humano.
"Es difícil encontrar algo positivo en envejecer", admitió hoy Douglas, de 69 años, durante la rueda de prensa de presentación de la película, mientras que Freeman (el mayor de todos con 76 años) apunta con humor: "mejor ser viejo que estar muerto".
De Niro (70 años), confía en que la generación estadounidense del "baby boom" (los nacidos tras el final de la Segunda Guerra Mundial) se sentirá interesada por el filme y "habrá una gran audiencia".
Kline (66 años) espera que esa generación vea en esta cinta "algo en que se vea reflejada, en lugar de ver una película de escapismo", y apunta en tono más realista que "el mensaje de la sociedad occidental cuando llegas a los sesenta es que estás acabado".
Sin embargo, la historia apenas rasca en la superficie de estos temas y con frecuencia lo fía más a la calidad de sus intérpretes que a la profundidad o la agudeza del guión.
Y aunque el tono desenfadado está bien trazado, algunos de los chistes de contenido sexual parecen demasiado zafios para lo que en apariencia busca ser una comedia de más altura que las películas de la saga "Hangover".
En la cinta, un ejecutivo de 69 años que se niega a envejecer (Douglas), decide casarse con su novia de 31, e invita a una despedida de solteros a sus amigos de la infancia en Brooklyn: un viudo inconsolable (De Niro), un enfermo al que su hijo controla hasta la saciedad (Freeman) y un feliz casado que lleva una vida monótona junto a cientos de miles de jubilados de Florida (Kline).
La despedida será en Las Vegas, conocida en Estados Unidos como "la ciudad del pecado", y allí que van los cuatro amigos, donde se encuentran con otra ilustre veterana, Mary Steenburgen, quien además hace una notable incursión en la canción interpretando sus propios temas de estilo "jazzy".
Tal vez en un guiño al público juvenil, que es el más acude al cine en Estados Unidos, prácticamente todo el mundo que conocen es muy joven, de forma que Las Vegas acaba pareciendo un lugar para universitarios en vacaciones de "spring break", con chicas despampanantes y alocadas en bikinis diminutos.
No hay duda de que los cuatro monstruos de la interpretación se lo han pasado muy bien durante el rodaje y ellos admiten que trabajar en semejante compañía ha sido estupendo. "Fue un auténtico regalo", reconoció Douglas.
"Nos encanta lo que hacemos y trabajar con los mejores es algo que aprecias", explica, por su parte, Kline.
Aprovechando que la cinta explora cómo es envejecer, los actores también reflexionan sobre cómo ha pasado el tiempo en el cine.
Por ejemplo, Douglas (apoyado por alguno de sus nuevos compañeros de reparto) lamenta que los nuevos intérpretes estadounidenses están peor preparados, de forma que los nuevos valores son más británicos o australianos, que además asumen sin problemas el inglés de Estados Unidos.
EFE
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